Teniendo el sol de frente

sol de frente

 

Me olvidé de mí mismo
al despertar en la arena
de aquella playa,
y reflejado por un mismo amanecer.

Me olvidé de besar
teniendo el sol de frente.

Me olvidé de amar,
con la luz de aquella luna que,
a solas,
solo me quiso acunar.

Todas las gotas del agua del río
se marcharon
a la misma velocidad que ella.

Y me quedé observando
con la mayor parte de mi piel
y tan húmeda
que apenas le secó el espanto
de ver cómo aquel río
se alejaba,
también sin él.

 

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