¿Qué es lo que te hace sentirte ilusionado? ¿Con qué identificas este sentimiento? ¿Con la esperanza, la alegría, incluso con la felicidad? Quizá estés atravesando unos momentos en los que parece que tu ilusión no está; sin embargo, puede que sea todo un truco de tu mente. Desde el Coaching te proponemos hoy identificar tu ilusión y, en caso necesario, saber dónde buscarla.
Hace algunos meses he iniciado un proceso de readaptación. Varios duelos por personas que ya no están, otros relativos a mi actividad laboral e incluso de mi propio ciclo vital como ser humano así lo han requerido.
A lo largo de todo este tiempo he echado de menos una herramienta precisa y preciosa, muy necesaria en mi etapa de crecimiento personal: la ilusión.
“En algunos momentos, la vida pone orden y deja casi todo del revés”, dice la coach Irina de la Flor, directora de Lo Mejor de Mí en Fundación Vivo Sano; “una muerte cercana, un cambio de país, un divorcio o una situación de despido pasan por nuestra vida y entonces despertamos, buscamos de nuevo la dirección que nos indicaba el corazón joven y, en ese momento, el contador vuelve a cero”.
Es posible que todos y cada uno de tales cambios sean beneficiosos, aunque “las cosas sólo se ven con claridad a posteriori, es decir, en medio del tsunami emocional sólo deseamos sobrevivir y pensar en lo básico”, dice De la Flor.
“Se habla mucho de la depresión, aunque lo cierto es que mucha gente no la padece porque, en realidad, lo que tiene es una vida vacía y ocurre que no tiene nada que hacer”, dice la psiquiatra Marián Rojas Estapé; “cuando te levantas sin ninguna ilusión, sin nada que hacer, tu cerebro se va apagando a lo largo del día”.
Este vaciado de vida puede ocurrir, según Rojas Estapé, “cuando alguien se va de nuestro lado, nos quedamos sin trabajo e incluso perdemos las ilusiones”; “es entonces cuando se nos arruga el corazón, ya que no hay felicidad sin tener ilusión”.
Para la autora de “Recupera tu mente, reconquista tu vida”, “el cerebro se transforma cuando hay ilusiones, las moléculas del organismo se modifican, es decir, la ilusión tiene un poder espectacular para hacernos cambiar”.
Algo similar defiende Lecina Fernández, psicóloga, creadora de Lab.Ilusión y autora de “El valor de la ilusión”: “la ilusión comporta cambios en la manera de vivir, nos influye en nuestros pensamientos y emociones, afectando a nuestra salud de manera positiva”.
El optimismo que conlleva la ilusión hace crecer nuestras expectativas, lo que nos lleva a realizar lo imaginado; “estas personas cuentan con una mayor fortaleza y tienden a tener una actitud más positiva para afrontar la vida de forma más saludable”.
Fernández maneja el concepto de ilusión positiva, es decir, la visión más optimista que conlleva la creencia en los sueños, en la capacidad para hacerlos realidad y en tener esperanza para lograrlos, a pesar de la incertidumbre y las posibles adversidades.
Cómo y dónde buscarla
“Es preciso entrenar a las personas y animarlas para rediseñar una vida mejor”, dice Irina de la Flor. “Una vida donde les guste su casa, su pareja, su trabajo y sus amigos, en la que se den buenas relaciones con la familia, los vecinos y la comunidad».Uuna vida llena de sentido, donde nos despertemos felices de estar vivos y no perdamos el tiempo deseando estar en otro lugar”.
Según esta coach, llegar a este punto no suele ser fácil, lo cual se debe “a la mala imagen que tenemos de nosotros mismos”, dice De la Flor. “Una imagen distorsionada, deformada, desfigurada y desconocida, pues hay tantas mentiras que nos contamos que no sabemos ni quiénes somos ni qué nos hace felices”.
Si deseas que tu vida sea coherente y que tus deseos y tus deberes se alineen y enfoquen hacia la ilusión, esta experta sugiere un entrenamiento:
- Haz una lista de las tres cosas que te hacen feliz y convierte una de ellas en tu trabajo remunerado. Si haces lo que te hace feliz, cualquier dinero que te den por ello, será un extra.
- Enumera otras tres cosas que sean importantes para ti. Asóciate a personas que compartan contigo esos intereses e inquietudes.
- Haz ejercicio físico, actividad intelectual y expresa tu amor incondicional. Así mantendrás en equilibrio corazón, mente y cuerpo.
- Medita, contacta con la naturaleza y haz alguna actividad creativa. Así trabajarás tu espíritu.
- Honra a tus familiares repitiendo patrones positivos para ti y para los demás.
- Ten en cuenta que “si vives la vida que deseas, no hay obligaciones ni deberes, sólo tareas”.
Son muchas las ventajas
La ilusión positiva agrupa factores que tienen que ver con la acción (perseverancia, ponerse en marcha), con la emoción (entusiasmo y alegría), con el pensamiento (imaginación, creatividad), con la actitud, las fortalezas, habilidades y con los recursos. “Es un gran abanico de elementos”, dice Lecina Fernández, que enumera las siguientes ventajas asociadas a la ilusión:
- La ilusión actúa como alimento para el cuerpo, la mente y el espíritu de la persona ilusionada.
- Sirve como antídoto protector frente a las dificultades. Proporciona alegría, optimismo y esperanza. También energía y vigor frente a la apatía. Valores tales como el afán de logro y la autoestima, protegiendo frente a la inseguridad.
- Transmite tranquilidad y paz interior, pues es algo personal, ya que cada uno la vive a su manera.
- Nos hace vivir intensamente el presente y construir el futuro.
- Nos ayuda a construir recuerdos que nos acompañarán en el futuro. “Es la capacidad de imaginarse más allá del momento presente”.
- Permite entender la vida de otra manera. “La ilusión convierte a las personas en protagonistas de la historia ilusionante que han imaginado y de la transformación que experimentan”.
- Nos muestra un gran lugar para protegernos del pesimismo. “Su luz nos permite ver los posibles obstáculos; también buscar con afán las posibles soluciones”.
Si has llegado hasta aquí, te cuento un poquito más acerca de mi proceso de búsqueda de la ilusión.
Resulta que, si bien es cierto que parecía haberse marchado de mi vida, mi insistencia y denodado esfuerzo han dado con su escondite. La ilusión se había quedado agazapada detrás de mi tristeza, en una herida profunda de mi infancia, la del rechazo y que, tras abrirse, empieza a sanar ahora, paso a paso.
Como si se tratara de la Caja de Pandora, han salido el malestar, el miedo y la tristeza, si bien en el fondo-fondo allí estaba mi ilusión. Un poco mareada, más delgadita que nunca, aunque, ¿te digo un secreto? Desde que la he rescatado se muestra, día a día cada vez más fortalecida. Cosas del entrenamiento en la Ilusión.
¡Feliz Ilusión Genuina! ¡Feliz Coaching!
