La salud mental de las personas mayores y las situaciones de soledad no deseada que viven, son las áreas de actuación prioritaria para afrontar el envejecimiento de la población. Así lo manifiesta la coordinadora del proyecto Quality of Life and Ageing in Spain, Sweeden and Portugal, QASP, M. João Forjaz, tras analizar el proceso de envejecimiento en tres países europeos (España, Suecia y Portugal) durante los últimos tres años. Un proyecto que quería delimitar los aspectos determinantes para alcanzar un envejecimiento saludable. Además de esos dos ejes prioritarios, Forjaz reconoce que también es importante trabajar en el fomento de la salud física y de la participación social de las personas mayores.
¿Cuál es el origen, la motivación con la que arranca este estudio hace más de dos años?
Este proyecto arrancó hace casi tres años y es consecuencia de una línea de investigación en la que nosotros trabajamos sobre envejecimiento. Y queríamos saber cuáles eran los determinantes para conseguir un envejecimiento saludable, siguiendo las indicaciones de la OMS, y saber cuáles eran las consecuencias en la calidad de vida de las personas mayores. Es cierto que a nivel internacional, ya sea desde Naciones Unidas o desde la OMS, se llevan a cabo distintas iniciativas para promover el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores, a varios niveles, no solo a nivel individual también comunitario. Un ejemplo es la Década del Envejecimiento Saludable, instaurada por la OMS desde 2021 a 2030.
Es cierto que sobre envejecimiento se viene hablando desde hace ya algún tiempo, reconociendo que es todo un reto a afrontar por los gobiernos. ¿Crees que iniciativas como la mencionada Década del Envejecimiento Saludable anima a los Estados a ponerse en marcha?
Yo soy optimista, así que creo que sí. Queda mucho por hacer, es cierto, y todos vamos aportando nuestro granito de arena y esta investigación es uno de ellos. Por eso también quisimos hacer un video y un policy brief con las conclusiones de nuestro trabajo, un resumen de la evidencia científica dirigido a aquellas personas responsables de las políticas públicas, tanto de salud como de servicios sociales. Además, es muy importante tener en cuenta que iniciativas como esta no solo benefician a las personas mayores sino a toda la sociedad. Por ejemplo, si trabajamos en para conseguir ciudades amigables, lo serán no solo para los mayores, y también lo serán para las personas con
discapacidad, para los niños y para todos. No olvidemos que los niños de hoy van a ser las personas mayores de mañana.
El proyecto analiza la realidad de tres países, España, Portugal y Suecia. ¿Qué diferencias han encontrado al analizar el perfil de los mayores en los tres países?
El perfil de los mayores españoles no difiere mucho de los de los otros dos países. De hecho las diferencias que hemos encontrado han sido pocas, en pequeños aspectos. Por ejemplo, cuando se comparan los determinantes de envejecimiento activo que influyen en la calidad de vida son iguales en los tres países. La única diferencia que hemos encontrado es que la participación social es muy importante para los mayores españoles y no tanto para los portugueses y suecos.
De todas las medidas que habría que tomar para hacer frente al envejecimiento de la población, ¿cuál o cuáles son las prioritarias?
Las medidas más urgentes son las que se dirigen a dos apectos concretos. Por un lado a la salud mental de las personas mayores porque tiene una gran influencia en cómo viven y se sienten. Y, por otro lado, la soledad y el aislamiento social. Dos aspectos que están íntimamente relacionados porque las personas que están deprimidas se aíslan, o al revés, las personas que no tienen redes de apoyo pueden deprimirse. Sí que hay iniciativas sobre el problema de la soledad no deseada y el aislamiento social pero hay que seguir trabajando sobre ello.
Además de esas dos vías urgentes sobre las que actuar, ¿en qué otros aspectos hay que incidir?
Habría que trabajar en dos aspectos también: la participación social de los mayores y la salud física. De manera general podemos decir que las personas mayores que en España viven en sus casas tienen una salud bastante buena. Salud que hay que mantener y esforzarse para evitar el deterioro que va ocurriendo con los años. Y es muy curioso porque hemos visto que los años no son los que causan una menor calidad de vida por sí, sino que influyen muchos factores los que determinan una peor calidad de vida en las personas más mayores. Factores como el deterioro de la salud física, la discapacidad…
¿Qué recorrido tendrá esta investigación a partir de ahora?
De momento vamos a seguir dándolo a conocer, difundiendo algunos aspectos concretos y hacerlo no solo a la comunidad científica, también a la población en general, para que los resultados lleguen a todos. Y esta línea de investigación debe continuar. En este proyecto hemos estado 13 investigadores de tres países y se ha creado una sinergia muy buena que no se puede desaprovechar, hay que potenciarla.