Una de las mayores revoluciones vividas en las últimas décadas es la que está protagonizada por esa generación de mujeres que hoy se sitúa entre los 70 y los 80 años de edad.
Estas mujeres han vivido en primera persona, y han protagonizado, el gran cambio social y económico que han experimentado las sociedades desarrolladas. Para poner en valor el peso de las mujeres mayores en la sociedad actual, el Imserso organizó, el pasado 27 de septiembre, la jornada Mujeres mayores: la revolución, de una nueva generación. Bajo la coordinación de la directora general del Imserso, Mayte Sancho, y bajo la atenta mirada del ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, la jornada dio un repaso a los principales ámbitos en los que la mujer mayor ha sido y es decisiva.
Como recordó Sancho, esta generación fue la primera en muchos sentidos, en acceder a la universidad, en ocupar puestos de responsabilidad. Pero, ¿cómo ha sido ese camino? «¿Cómo lo hemos hecho? Y, ¿qué papel juega la edad en todo el proceso?, se preguntó.
La exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, reconoció que en su camino profesional en la judicatura y en la política, ha sido «muy feliz». Y ha exigido a las mujeres que llegaban a puestos tradicionalmente ocupados por hombres, «no copiar su modelo, porque nosotros tenemos nuestro propio modelo de hacer las cosas». Pero Carmena reconoció que aún hoy se sigue utilizando la edad para atacar al contrario. A pesar de que cuando fue elegida alcaldesa de Madrid «me sentía igual, era yo misma», recibió algunas críticas por la edad. «La política no puede tener que ver con la apariciencia física, sino con los proyectos que busquen mejorar la vida de las personas», aseguró.
La entrega de la mujer mayor
La presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas, UDP, Inmaculada Ruiz, reconoció que le ha costrado trabajar con hombres, «porque hemos vivido en una sociedad patriarcal«. Pese a ello insiste en que ese trabajo no puede hacerse enfrentándose a ellos, sino que hay que «mostrar que las mujeres tenemos un don especial para tratar a los demás». Una de sus preocupaciones a lo largo de toda su vida se centra en las zonas rurales y en las necesidades de las personas que viven en ellas. Por eso instó al ministro Bustinduy a «hacer algo en esas zonas rurales» para reducir la desigualdad y el aislamiento. Ruiz apuesta por seguir trabajando. «La mujer sigue siendo libre. Somos cada vez más mayores pero cada vez más fuertes».
Por último, la doctora en Antropología Social Dolors Comas, aseguró que los cuidados han entrado en la agenda política muy recientemente. «No se ha hablado de cuidados hasta que la mujer saliió a trabajar». Porque era una tarea (aún hoy lo es en muchos aspectos) que realizó la mujer. Y se trata de una labor esencial incluso para la economía, ya que si se contabilizara esa labor de cuidados en los hogares «tendía el valor del 2,1 del PIB». Comas insitió en poner en valor a la mujer mayor. «Estamos rompiendo con muchos mandatos de género, estamos cambiando la sociedad, por eso podemos hablar de revolución», concluyó.