Conocer la relación que existe entre neurología y conducción, entre enfermedades neurológicas y capacidad para conducir, es el objetivo del Manual que han publicado la Sociedad Española de Neurología, SEN, y la DGT.
El Manual de Neurología y Conducción, pone de manifiesto que muchas de las enfermedades del sistema nervioso aumentan el riesgo de accidente de tráfico al reducir las habilidades para la conducción, al mermar la función cognitiva o las habilidades motoras o de coordinación.
En la primera parte de este documento, se expone la normativa que regula la capacidad de los conductores y se dan respuesta a las preguntas más frecuentes que se puede platear un profesional médico cuando se emite un informe neurológico. Y, en la segunda parte, se analizan las complejas bases neurológicas de la conducción de vehículos, los aspectos importantes que se deben incluir al realizar una historia y una exploración neurológica cuando se emiten informes de aptitud para la conducción en pacientes con enfermedades neurológicas y su influencia en la capacidad del manejo de vehículos. También se abordan todas las limitaciones que producen el consumo de drogas y alcohol en la capacidad de los conductores.
Y, en la última parte, se describen las consideraciones a tener en cuenta cuando se evalúan las capacidades de un paciente que tiene o ha tenido una determinada enfermedad, y se detallan cada una de las patologías neurológicas que pueden mermar las habilidades de los pacientes. De esta forma, se abordan los aspectos de la conducción relacionados con enfermedades como la epilepsia, las enfermedades cerebrovasculares, la patología neuromuscular, los trastornos del movimiento, las enfermedades desmielinizantes, las alteraciones cognitivas, los problemas del sueño o los trastornos oftalmológicos.
El presidente de la SEN, José Miguel Láinez, asegura que los accidentes de tráfico, a pesar del esfuerzo realizado en los últimos años para reducirlos, siguen siendo la octava causa de muerte a nivel global y la primera en el grupo de edad entre 5 y 29 años. «Además originan una importante morbilidad, un gran sufrimiento en las personas afectadas y un elevado coste económico para la sociedad. Y aunque se producen por la conjunción de una serie de factores humanos, técnicos y del entorno, el factor humano sigue siendo el más determinante, ya que está presente en el 70%-90% de los casos».
De ahí la relevancia de este manual para aportar el conocimiento de estos profesionales e «intentar reducir las consecuencias de esta plaga social«.
Según la DGT, en 2009 fallecieron 1.755 personas por accidente de tráfico y 8.605 personas tuvieron que ser ingresadas en un centro hospitalario durante más de 24 horas. Determinar qué enfermedades suponen un factor de riesgo de un accidente de tráfico es muy complejo, pero se estima que padecer una enfermedad neurológica supone un riesgo 1,75 veces mayor de tener un accidente de tráfico, aunque padecer algunas patologías en concreto, como pacientes con deterioro cognitivo ligero o demencia (presentan de 2,5 a 8 veces más riesgo de sufrir accidentes de tráfico), con narcolepsia (3,7 veces más riesgo) o con epilepsia (un riesgo 1,8 veces mayor), entre otras, lo pueden elevar. El consumo de drogas o medicamentos incrementa el riesgo de accidente en un 1,6%.
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