El dolor cervical afecta a una de cada tres personas y su aparición va aumentando con el paso de los años, sobre todo en las mujeres.
Según la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, SECOT, el dolor cervical suele venir de los músculos o los ligamentos debido a malas posturas, mala ergonomía, estrés o fatiga muscular crónica. La causa más común de dolor cervical son las lesiones de las partes blandas (músculos oligamentos), debidas a traumatismos o la degeneración progresiva debida al envejecimiento.
El dolor cervical, en ocasiones, puede ir acompañado de trastornos del equilibrio o de una sensación de aturdimiento difícil de definir. Esto se denomina mareo cervical o mareo cervicogénico y suele deberse a una inflamación o insuficiencia circulatoria en la zona de la columna cervical. Es más frecuente su aparición en mujeres que en hombres.
¿Qué puede causar estos mareos cervicales?
Las causas de este dolor cervical, como hemos explicado, pueden ser degenerativas, traumaticas o inflamatorias. Siendo las más comunes las contracturas musculares, debidas a malas posturas en el ordenador e incluso a la hora de dormir, y a la manera en que a veces sobrecargamos la zona cervical.
También es una causa frecuente el latigazo cervical producido por golpes en vehículos al producirse una flexión –extensión del cuello de manera brusca-. Estos mareos cervicales también pueden ocasionarlos la artritis y la artrosis cervical, además de algunas hernias discales. Aunque sobre estas últimas no existen estudios que las relacionen con los mareos, en la práctica sí vemos a pacientes que sufren estos mareos ocasionados por una hernia.
Diagnóstico y tratamiento
Con carácter general, los mareos cervicales se diagnostican después de haber descartado otras patologías que pueden ocasionar mareos.
En Instituto Clavel llegamos a este diagnóstico realizando una exploración física y teniendo en cuenta el historial clínico del paciente. A la hora de buscar el origen de estos mareos existen algunos datos que nos pueden orientar, como que el paciente sufra vértigos de manera constante, pierda audición o padezca cefaleas severas. También es significativa la asimetría facial.
En cuanto al tratamiento, lo habitual es que los mareos disminuyan a medida que va doliendo menos el cuello por lo que lo primero que es necesario hacer es tratar el problema cervical. Según se pone de manifiesto en diferentes estudios sobre mareos cervicales, el 75 % de los pacientes mejoran con tratamientos convencionales como medicamentos, educación postural y ejercicios. En concreto:
1.- Los tratamientos de terapia manual que ayuden al movimiento del cuello y a fortalecer la musculatura son eficaces.
2.- Por otro lado, la rehabilitación vestibular, orientada a recuperar el equilibrio, es un buen complemento a los tratamientos manuales. Consiste en la realización de una serie de giros con el cuello, a una velocidad constante, mientras se está sentado y mirando a un punto fijo. A medida que el paciente va mejorando, los ejercicios se van haciendo más complejos.
3.-En algunas ocasiones, sobre todo cuando estos mareos están provocados por una hernia, puede ser necesaria la cirugía. A medida que vamos cumpliendo años y nuestra columna cervical se va debilitando por este paso del tiempo, si notamos dolor en el cuello que no remite o tenemos mareos y pérdidas de equilibrio, lo más importantes es ponernos en manos de un especialista. Cuanto antes empecemos a cuidar la lesión que los produce más rápido podremos mejorar.
Dr. Ignasi Catalá.
Neurocirujano y subdirector del Instituto Clavel.
