Todos sabemos que la alimentación es clave a la hora de hablar de salud. Es más que aconsejable seguir una dieta saludable para minimizar el riesgo de sufrir diversas actividades, y además siempre es bueno incorporar a nuestra rutina diaria algo de ejercicio físico para enfrentar el sedentarismo, descansar bien y alejar lo máximo posible el estrés. Pero no solo es importante lo que comemos sino cuándo lo comemos. ¿Qué horarios de comidas son los más saludables? Los expertos de www.dosfarma.com, nos facilitan las pautas a seguir.
1.- Hacer cinco comidas al día, para que no pasen demasiadas horas entre una comida y otra. Hay que incluir un tentempié ligero a media mañana (frutos secos, cereales integrales con un yogur, un café con una tostada de tomate y aceite…). Y también entre la comida y la cena, donde hay que incluir la merienda. Estas cinco comidas ayudan a equilibrar el hambre a lo largo del día.
2.- Establecer horarios fijos. El cuerpo tiene un reloj maestro en el cerebro (la producción de hormonas, por ejemplo), pero también tiene otros relojes en cada órgano que dependen del reloj maestro. La luz y la oscuridad ayudan a regular el reloj maestro, pero también lo hace la alimentación. Si las horas de las comidas siempre van cambiando, será muy difícil conseguir que el cerebro y los distintos órganos se sincronicen correctamente. Los desajustes se pueden traducir en problemas de salud como insomnio, diabetes y obesidad.
3.- Desayunar temprano porque la primera comida del día marca la hora de nuestro cuerpo. Es importante desayunar más o menos temprano para sincronizar todos nuestros relojes. Ahora bien, no es necesario hacerlo a las 5 de la mañana. Hay que dejar que la melatonina, la hormona que nos provoca sueño por la noche, baje un poco. Entre las 7:00 y las 8:00 es un magnífico momento.
4.– La cena, también temprano. Cuando se acerca la noche,las hormonas encargadas de digerir los azúcares y los hidratos de carbono disminuyen. Así pues, los hidratos de carbono se metabolizan mejor si cenamos antes. Además, cuanto más temprano los tomemos, más tiempo tendrá el cuerpo para digerirlos, por lo que las 20:00 es una muy buena hora. Además, es importante dejar un espacio de unas dos horas y media antes de irse a dormir. Y si se trasnocha mucho y se ha cenado pronto, se puede tomar un yogur o un vaso de leche antes de acostarse. Los lácteos tienen triptófano, un aminoácido que ayuda a producir la melatonina y la serotonina, indispensables para conciliar el sueño.
5.- Comer sin prisa. No solo hay que tener en cuenta cuándo comer, sino también durante cuánto tiempo. Comer demasiado rápido, con ansiedad o estrés, hace que los nutrientes no se absorban correctamente. Eso puede derivar en estreñimiento, gases, hipo y otras molestias digestivas.
6.- Masticar bien. Hay que asegurarse de que los alimentos se mastican bien, aunque eso suponga dedicarle unos minutos más. Es importante que los alimentos se mezclen bien en la boca con la saliva, ya que esta contiene amilasa, una enzima que ayuda a digerir los carbohidratos. Si los alimentos llegan al estómago sin que la amilasa actúe correctamente, este tendrá que trabajar mucho más para digerirlo todo.
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