Qué es la radiculopatía y cómo se trata

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La radiculopatía, también conocida como nervio pinzado, es una lesión que se produce en las raíces nerviosas de la médula espinal cuando un nervio se comprime en alguna zona de la columna vertebral.

 

La radiculopatía puede aparecer de dos formas: motora, cuando afecta a la raíz vertebral y sensitiva cuando se daña la raíz dorsal.

Dependiendo de la zona de la columna en la que se produzca podemos hablar de radiculopatía cervical, torácica o lumbar y puede aparecer con síntomas diferentes, aunque con carácter general suele producir dolor, debilidad, entumecimiento y hormigueo.

 

Tipos de radiculopatía

Radiculopatía lumbar es la más común y se produce en la parte baja de la espalda. Se conoce comúnmente como ciática ya que cuando se produce en esta zona lo habitual es que esté involucrado el nervio ciático.

Radiculopatía cervical se produce cuando el nervio se pinza en la zona del cuello y suele afectar a los hombros, brazos y manos.

Radiculopatía torácica es la menos común de las tres y se produce en la parte alta de la espalda. El hormigueo y el entumecimiento se pueden extender a la parte de delante del cuerpo.

La causa más común de la radiculopatía es el cambio en los tejidos que rodean las raíces nerviosas. Estos tejidos incluyen el hueso de las vértebras espinales, los discos intervertebrales y los ligamentos y cuando se produce algún cambio en su forma o consistencia el espacio por donde pasan las terminaciones nerviosas se estrecha y se comprime el nervio. Estas aberturas por donde pasan los nervios se llaman forámenes y cuando se produce ese estrechamiento la patología se denomina estenosis foraminal.

 

dolor

Qué causa la estenosis foraminal

En la mayoría de los casos es debida a la degeneración de la columna que se va produciendo de manera gradual a medida que cumplimos años. A esta degeneración el cuerpo responde creando espolones óseos para fortalecer los discos vertebrales, pero estos espolones causan el estrechamiento en la salida de la raíz nerviosa y por eso se pellizca el nervio. Esta es la razón por la que la radiculopatía afecta más a medida que nos hacemos mayores.

 

Las causas más comunes son:

  • La hernia discal y los abultamientos: al desplazarse los discos, que son los amortiguadores de la columna, pueden presionar los nervios. Esta hernia es más común que se produzca en la columna lumbar, aunque también puede aparecer en la cervical.
  • Espolones de hueso: son áreas de crecimiento óseo adicional que ocasionan el estrechamiento del foramen y por tanto pueden comprimir el nervio. Pueden formarse por una inflamación originada por la osteoartritis, por un trauma o por alguna afección degenerativa.

 

La radiculopatía puede aparecer también por otras causas como el engrosamiento de los ligamentos espinales si llevan a un estrechamiento del espacio alrededor de las raíces nerviosas. Además, aunque es menos común, la pueden ocasionar sufrir una afección espinal o tener tumores, sean o no cancerígenos, en la columna vertebral que hagan presión sobre las raíces nerviosas.

 

Diagnóstico y tratamiento

Dependiendo de qué síntomas tengamos el médico nos examinará el cuello, los hombros los brazos y las manos. A veces la radiculopatía se puede detectar con pruebas muy sencillas como comprobar la fuerza muscular, los reflejos o la perdida de sensibilidad que ayudarán al médico a identificar cual es la raíz nerviosa que tenemos afectadas.

Si lo considera necesario el médico podrá pedirnos alguna prueba complementaria como puede ser una resonancia magnética, rayos X, un scanner o una tomografía y con menor frecuencia, un electromiograma que solo es necesario si existen dudas sobre qué raíz nerviosa es la afectada.

En cuanto al tratamiento, este dependerá de cuál es la causa de la radiculopatía y el área que tengamos afectada, entre otros factores. La primero opción es tratarla con medicamentos antiinflamatorios, esteroides, opiáceos o relajantes musculares para controlar los síntomas; fisioterapia para fortalecer los músculos e incluso inyecciones de esteroides. En ocasiones será necesario poner una dieta de pérdida de peso para liberar presión en la zona afectada.

En casos en los que no sea suficiente habrá que recurrir a la cirugía con el objetivo de liberar la raíz nerviosa y se aplicará una u otra dependiendo de la causa que origina la compresión.

Cuando tengamos síntomas de que algún nervio está comprimido lo mejor es pedir cita con nuestro médico de cabecera quien una vez hecho el diagnóstico nos pondrá tratamiento o nos derivará a un especialista.

 

Ignasi Catalá

 

Ignasi Catalá.

Neurocirujano y subdirector del Instituto Clavel.

 

 

 

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