A veces sufrimos dificultades para conciliar el sueño, lo cual puede tener un origen neurológico, aunque hoy en día quizá sea más bien tecnológico, sobre todo entre la población adolescente, que reduce sus horas de sueño necesarias por la interacción en las redes sociales, en ocasiones durante toda la noche. Sufren lo que se conoce como el fenómeno Vamping
Entre el 20% y el 48% de la población adulta y, al menos, el 20% de la población infantil sufre algún tipo de problema para conciliar o mantener el sueño. Al origen neurológico de tal padecimiento se suma desde hace tiempo otro generado por el uso que damos a la tecnología. Es el Vamping, término anglosajón resultante de la unión de los de vampire y texting, es decir, vampiro y envío de mensajes, practicado sobre todo por la población adolescente.
“Cuando nos llevamos el móvil a la cama, la luz azul de onda corta afecta a nuestro cerebro”, dice Ángela Milán, neuróloga de la Unidad del Sueño en la Universidad de Navarra; “Los niños tienen menos horas de sueño, lo cual altera sus ciclos circadianos y afecta a su sistema inmune, de ahí los cambios de humor, especialmente en los adolescentes”.
Los efectos de la falta de sueño son múltiples: aprendizaje alterado, con la consecuente dificultad para memorizar, fomento del sobrepeso y la diabetes, dado que se altera el nivel de insulina, incremento del efecto de las hormonas que regulan el hambre y la saciedad, así como el aumento de la ansiedad.
“El fenómeno vamping también se da entre los adultos”, dice esta experta en la ciencia del sueño, “lo cual compruebo incluso durante la consulta, cuando estamos hablando y de repente uno de los padres está más pendiente del móvil que de la conversación”.
En este sentido, Ángela Milán subraya la importancia de que “los adultos demos ejemplo, especialmente si lo que queremos es cambiar los hábitos de nuestros hijos”
Este último aspecto es relevante, ya que tal y como afirma la doctora Milán, “mientras que los adultos mostramos la falta de sueño con cansancio, los niños se excitan, confundiéndose a veces tales conductas con otro tipo de trastornos, si bien esa inquietud e hiperactividad pueden deberse a un sueño insuficiente”; “Es más, aunque no es el único factor, el sueño escaso influye en los terrores nocturnos, en la ansiedad anticipatoria o miedo a irse a dormir e incluso en el sonambulismo”.
Qué hacer desde el Coaching
Todos estos efectos fisiológicos, psicológicos y emocionales provocados, en mayor o menor medida, por la falta de sueño son suficientes para plantearnos el reto de dormir más, hasta llegar al nivel requerido de horas de sueño. ¿Cómo podemos llegar a un acuerdo con los menores a nuestro cargo? Desde el Coaching te proponemos los siguientes tips:
¿Por qué es importante dormir?
Un último apunte: como quiera que desde el Coaching se trabaja mediante la acción en positivo, os invito a leer cuáles son los beneficios de dormir bien, así como el rango de horas recomendado por la doctora Ángela Milán, según sea la edad del niño y/o adolescente:
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