Sentado,
al lado de tu cama,
en este domingo de marzo
frío y grisáceo.
Miro por la ventana…
el cielo de nubes lentas,
acompañadas… por tu respiración
que se colaba en mi oído,
y me hizo recordar…Entonces te miro,
y toco tu carita sin que te despiertes.
Tenías los ojos cerrados… y soñabas.
Y me di cuenta del paso del tiempo
tu pelo blanco de plata,
tu cuerpo, más pequeño entre esas sabanas. ¡Ay!
Entonces me vi, de repente:
de niño, con tu cámara de video recién estrenada
mamá diseñando vestimenta
mi hermana siempre dispuesta a bailar
tú, mi hermano y yo… jugando a que sabíamos cantar…
Me vino el olor, de aquella casa nuestra antigua
y la felicidad… de mis trece años… con una familia
que jamás quise cambiar…
vosotros y yo, los cinco dedos de mi mano
un solo trago al respirar.
Qué de recuerdos a mi mente…
Me gusta que sientas
que estamos siempre contigo.
No sabría decirte lo mucho que te quiero
mirándote a los ojos
sin echarme a llorar…
pues te lo escribo: TE QUIERO con todo el amor de mi corazón.
Para mí has sido, eres, y serás
el mar por su grandeza
el fuego por su calor
el agua por sentimiento
el aire… por tu voz, padre.
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