La comunicación con los hijos es una de las claves de su proceso de crianza; no obstante, la falta de formación e información lleva a que algunos adultos la cierren con frases del tipo: “porque lo digo yo, que soy tu madre” o “esto es así y no hay más que hablar”.
“La educación ha cambiado mucho”, dice Lee Lima, creadora de la Escuela Baby Tribu y experta en Crianza Positiva; “debemos tener presente que es preciso cambiar la perspectiva, lo cual no se debe tanto a que nuestro punto de vista esté equivocado, cuanto a que hoy es otro mundo”; “antes, las personas querían hacer algo, mientras que ahora quieren ser algo”.
Para esta coach es importante recordar que “el afecto y el amor son siempre eficaces”.
Dos meses atrás, Lee Lima ha impartido el seminario virtual “Criar y Educar sin perder los nervios”, durante el que esta experta se ha hecho eco de las opiniones de algunos padres.
Términos como el de “chupete digital” para progenitores que no saben qué hacer para entretener a su pequeño todo el tiempo, o expresiones como “he creído que mi hija tenía problemas de audición” se mezclan con las reflexiones de una madre iniciada en la Crianza Positiva: “esto ocurría porque hablaba para mí, según mis necesidades como adulta y madre, en lugar de en su lenguaje”.
La fórmula para que los hijos escuchen a los padres se basa, según Lima, en las tres “P”, esto es: Perspectiva, Paciencia y Persistencia; “un recurso no deja de ser exitoso tras usarlo una vez sin resultado positivo”, dice Lima; “tras cuatro veces tendrás una visión más certera al respecto”.
Aunque son numerosas las pistas que Lee Lima nos propone para conseguir que niños y adolescentes escuchen:
Lee Lima nos invita a ser creativos y abordar distintos niveles en la comunicación con los más mayores, por ejemplo, preguntándoles “esto que me cuentas, ¿es importante para ti?”, o también: “¿te interesaría escuchar cómo me siento yo con todo esto?”.
En general y durante los seis primeros años de vida, los padres han de “mantener los límites y dar alternativas, con expresiones tales como hemos acordado esto o eso no es negociable”; “antes de los dos años de edad las conductas pueden ser compulsivas, si bien se puede ir entrenando esta forma de comunicación”, dice Lee Lima.
“Escúchame con los ojos”, propone Lee Lima, como una forma creativa de comunicación con el menor, con quien es preferible “utilizar expresiones para empoderarlo antes que facilitarle la acción, reduciendo su nivel de autonomía”.
¡Feliz Crianza y Escucha! ¡Feliz Coaching!
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