Pasillo de espejo

 

Luna de Evita… tan cerquita.
Una margarita
Te imagino entre las flores
dibujadas en recuerdo.
Cuerda… arpa corazón abierto.

Tres sombras en pared,
un porqué y sal.
Otoño de mediodía
luz, única vela
noches… sueños…

Te espero rincón
donde brazos fuertes
agarraron cada uno de los míos
siendo un niño,
para cruzar la calle sin visión.

No añoro el silencio.
Cantamos los años.
¿A que sí?

Lo mejor de Praga
fue sentiros cerca de mí.

Quedé mirando tu fotografía
en un sueño con color.
El frío se quejaba de ausencia
y la nieve cubría todo tu cuerpo.

Son las horas perdidas
las que marcan horizonte.
Son tus brazos en la orilla
los que me alzan en las olas
para poder mirar el monte del revés,
contigo, si me ves
y siempre a solas.

Niños en una calle disimulando por presencia
el regalo de una flor aun no nacida,
colgada de ese árbol de Navidad
con forma de chocolate.

Un estuche al otro lado del cristal
tan enorme como la ilusión.
Vuelvo a aquella calle
a desearte lo mismo que tú,
al verme niño, quisiste para mí.

http://losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es.

 

 

 

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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