El nacimiento es una muerte anunciada.
El tiempo la describe muy bien
en los rostros,
en sus miradas,
en el alma y su voz,
en el corazón y su palabra.
Es una muerte anunciada,
grito por nacimiento.
¿El momento?
Quién sabe cuándo alcanza.
Seguro que el que escuche esto
ya sabe de mi momento
y cuándo pasa.
Nunca te olvidaré.