Un estudio en más de 2.000 pacientes, coordinado por el CIBEREHD y el Hospital de La Princesa de Madrid, recoge la información más relevante sobre los tratamientos para las infecciones por Helicobacter pylori más difíciles de tratar, con una efectividad en todos los casos menor al 90%.
Helicobacter pylori es una bacteria que afecta a la mucosa gástrica de forma crónica, siendo la infección más prevalente del planeta, ya que afecta a aproximadamente el 50% de la población mundial, sin que actualmente dispongamos de una estrategia de tratamiento idónea. Así lo constata un registro europeo sobre el manejo de esta infección (Hp-EuReg), publicado en Gut, que concluye que el tratamiento empírico de rescate cuando no funcionan los tratamientos iniciales no alcanza la efectividad necesaria en Europa.
Este estudio observacional, multicéntrico y prospectivo ha sido coordinado por Javier P. Gisbert, investigador principal del Hp-EuReg y de área de Enfermedades Hepáticas y Digestivas del CIBER (CIBEREHD) en el Instituto de Investigación Sanitaria Princesa (IIS-Princesa) del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, donde también es investigadora Olga P. Nyssen; y por Diego Burgos, gastroenterólogo del Hospital Ramón y Cajal.
La principal conclusión del mencionado estudio es que el tratamiento empírico de rescate en tercera y sucesivas líneas alcanza una eficacia subóptima en la mayoría de los países europeos, y tan solo las terapias cuádruples con metronidazol-tetraciclina-bismuto (en forma de cápsula única durante 10 días o con el esquema clásico durante 14 días) y la triple con amoxicilina-levofloxacino de 14 días logran resultados aceptables en algunos contextos.
Según explica Javier P. Gisbert, “nuestro objetivo ha sido obtener una visión general actualizada y a gran escala de los patrones de prescripción y su efectividad en las infecciones por H. pylori más difíciles de tratar, es decir, en las que han fallado al menos dos intentos erradicadores”.
Los tratamientos más empleados en el conjunto de Europa fueron la terapia cuádruple con bismuto en cápsula única (25%), la triple con amoxicilina-levofloxacino (15%), la triple con amoxicilina-rifabutina (13%) y la cuádruple clásica con metronidazol-tetraciclina-bismuto (8%).
La efectividad global de tercera a sexta línea fue inferior al 90% con todas las terapias y la tasa de erradicación de los tratamientos optimizados (en términos de duración y dosis de los fármacos empleados) fue superior a la de los no optimizados.
En opinión de Diego Burgos, gastroenterólogo del Hospital Ramón y Cajal y primer firmante del estudio, “con este trabajo concluimos que existe un margen de mejora relevante en la adherencia a los principios de optimización en las terapias establecidas en las guías de práctica clínica de hace ya varios años”.
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