Nube de cristal

 

Aparecen como labios
y se mecen las palabras que cantaste 
delante de mis ojos.

La boca tuya,
y la mente preguntándose
si yo te quiero besar.

Compartir una boca para dos
es dormir sobre la roca,
son dos labios marcados en el filo de la copa
o el perfume de tu aliento,
tragado, al beberla sin pensar
al desnudo fiel de la poca ropa.

Me quedo quieto como el pincel
que da sombra a la parte de tu pelo,
toda mi propia piel se cubrió de miel
y tu forma,
dio caricias a la alfombra
que, entre las cortinas,
me dejó dormido

escuchando la voz
que me durmió con él.

Veo amanecer.
Es la luz la que me cubre
con su cuerpo
poco antes de adormecer.

Y el alimento de mis últimos sueños,
y las caricias y los besos
que nunca encuentro.

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

 

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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