Hay veces en las que quizá sientas que la otra persona no se está enterando de lo que le dices, aunque por tu parte despliegues tus mejores artes de elocución y tu interlocutor esté atento. Son fallos en la comunicación que pueden generarse a partir de lo que se conoce como las nueve maneras de no entenderse. Desde el Coaching te propongo conocer cómo se puede mejorar la interacción con el otro.
La semana pasada tuve una conversación con una persona muy querida. Había partido de mí la intención de encontrarnos, pues sentía que algo no andaba bien entre nosotros. Cuando empezamos a hablar, ambos nos dimos cuenta de que existía cierta divergencia entre lo que esa persona me había dicho tiempo atrás y lo que yo entendí. Del mismo modo, lo que yo pensaba que había expresado con claridad en aquella ocasión resultó tener un efecto contrario.
Es decir, que no nos habíamos entendido. Y desde entonces ambos estábamos rumiando el mensaje que habíamos interpretado. ¿Qué había ocurrido?
“Cuando estás comunicándote con alguien es importante ser consciente de que, si te enfadas o te frustras, es posible que se estén dando dificultades para entenderse”, dice Javier Millán, socio director de Escuela de Inspiración, durante uno de los encuentros virtuales “Cafetines de los viernes”; “así que párate un momento, pues quizá lo que tú o la otra persona habéis dicho no encaja con lo que el otro ha recibido”.
Obstáculos al diálogo
Según Millán, hay nueve maneras de no entenderse, las cuales pueden partir de la persona que habla o de la que escucha; es más, pueden darse al mismo tiempo, obstruyendo cualquier intento de comunicación. Son las siguientes:
- Lo que piensas. ¿Identificas qué estás pensando acerca de lo que quieres transmitir?
- Lo que quieres decir. Acuerda contigo mismo el contenido de tu mensaje.
- Lo que crees decir. Cabe la posibilidad de que no estés diciendo lo que crees expresar.
- Lo que dices. Sé consciente de qué es lo que comunicas.
- Lo que deseas oír. ¿Deseas que te den la razón?
- Lo que oyes. ¿Crees que lo has entendido a la primera?
- Lo que crees entender. Estate abierto a otras opciones.
- Lo que quieres entender. Flexibiliza en lo posible tu patrón de pensamiento.
- Lo que entiendes. No hay verdades absolutas. Entrena tu humildad.
“Hay que detenerse un momento, ya que es posible que cuando tu interlocutor te lo explique, lo comprendas”, dice Millán; “así que, antes de dejarte llevar por la emoción y generar un conflicto, párate y comprueba si lo que te ha dicho la otra persona es distinto de lo que tú has creído entender”.
¿Cómo lograr entenderse con el otro? Desde el Coaching te propongo atender a los siguientes aspectos:
- Sé consciente de lo que piensas decir, de lo que sientes al respecto, de lo que realmente deseas sentir y de lo que finalmente dices.
- Para asegurarte de que la otra persona te entiende, compruébalo mediante alguna pregunta de seguimiento.
- Puedes utilizar la expresión ¿me explico?, preferible a la de ¿me entiendes?
- Si no te está entendiendo. Vuelve a explicarlo mediante expresiones tales como “lo que quiero decir es que… “, “en otras palabras… “, o también: “te pongo un ejemplo”
- Escucha activa. Estate atento a lo que tu interlocutor te responde, con qué palabras, cómo (emocionalidad) y la comunicación no verbal que expresa (gestos, tono de voz, mirada)
- Cuando tu interlocutor responde, sé consciente de lo que realmente deseas oír (¿deseas tener la razón o estás abierto a otro punto de vista?)
- Atención. Date cuenta de lo que estás oyendo, lo que te llega de la otra persona.
- Distingue entre lo que quieres y lo que crees entender en el mensaje de tu interlocutor.
- Concreción. ¿Qué es lo que has entendido? Si no estás seguro, pregunta a la otra persona.
Si has llegado hasta aquí, te aclaro un poco más sobre el (des)encuentro con esa persona tan querida.
Algo mágico ocurrió cuando ambos fuimos conscientes de que se había producido un malentendido. Nuestra comunicación había sido lo que, con humor, denominamos un “diálogo de besugos”, es decir, cada cual a lo suyo, interpretando que el otro entendía y comprendía lo que uno expresaba.
Al ser conscientes de que nosotros mismos habíamos puesto las barreras a una comunicación que en principio debía ser sencilla y directa, casi no hizo falta nada más que un cálido abrazo en el que comprensión, compasión y empatía se fundieron y multiplicaron.
Y es que, como decía el genial Albert Einstein, “no entiendes realmente algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela”
Y tú, ¿deseas hacerte entender?
¡Feliz Entendimiento Mutuo! ¡Feliz Coaching!