Madrugada

madrugada

 

Olvidaste cerrar las ventanas.

El calor se marchó al poco de marcharte,
con tu beso que me diste
y con la seda entrelazada de tu boca, 

y con la huella de tus manos
en el cuerpo que dejaste
tumbado de madrugada y sin ropa.

Horas antes,
desnudamos las paredes del salón. 

Más de cien hojas,
repletas de palabras.

¡Quiero que te quedes! 
Y que brindemos
si sonrojas por poesía.

Dejar una vela encendida y que sea,
el dibujo de su sombra en la pared
quien nos baile en el sueño de la noche
hacia el corazón del amanecer del día.

Por bebernos el rojo de tu tierra
colado sin colador,
en los dos únicos vasos que me quedan. 

Por quedarte dormida en el sofá 
donde solo se ven estrellas
y despertar guiñándome un ojo. 

Por navegar junto a mi cuerpo
imaginando la marea.

Olvidaste cerrar las ventanas,
las puertas,
siguen abiertas. 

 

 

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

 

 

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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