Charcos en el suelo,
lágrima en ola
al despertar
de ese mal sueño.
Dos voces
en sus sillas,
y un quiero acabar.
Uno en su memoria
corta cuello con cuchilla,
otro, dulce en silla,
me llora al relatar.
Vendo todo lo que soy
por una simple caricia,
me añado a la distancia,
entre tú y lo que no sé de ti.
Pierdo al buscar,
sin encontrar
la rama en desierto…
ola, rompiendo al mar.
Tú
en mí,
tan sólo
puro misterio.
Me ciego por nombrarte,
me elevo por buscarte,
y niego soledad,
mi cuerpo es a… cobarde…
Te besa sino estás,
en frío siempre arde
y llora…
Y es verdad.
Lunas perdidas entre ríos,
pupilas dilatadas en mis ojos,
y un sol,
que ciega por detrás.
Dime dónde estás
miel de mi vida,
y en vena…
serás principio…
Y final.
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