En una de las redacciones donde colaboro hay un cuadro muy simpático, a modo de caricatura, del rostro de una chica rubia, la cual sonríe de una manera algo forzada. En torno a ella aparece una leyenda que anima a sonreír, aunque esa sonrisa no sea auténtica.
Hace unos días, casi pensé en alto cuando dije que, si la sonrisa no era sincera, quizá no fuera recomendable. De pronto, alguien que pasaba por mi lado me rebatió el argumento, diciendo que tal gesto era siempre positivo pues, según la neurociencia, envía a nuestro cerebro la señal de que todo está bien, proporcionando bienestar a quien sonríe y a quien lo ve.
“Puedes gestionar tus estados emocionales mediante la comunicación no verbal, ya que el cuerpo tiene una representación muy relevante en determinadas áreas del cerebro y está vinculado con otras relacionadas con la emocionalidad”, dice Vanessa Guerra, experta en Expresión Corporal, actriz y autora de El lenguaje corporal de las emociones.
“Si regulas tu movimiento, tu postura, si tu manera de estar es más calmada, tu cerebro estará recibiendo información de que no existe peligro alguno, por lo que estará en calma, lo cual, a su vez, repercutirá positivamente en tu estado emocional”, dice esta experta, que ha participado recientemente en la serie de podcast “Mujeres con sueños”, creados por la coach y astróloga Julia Almagro.
“Muchos buscan hoy el significado del gesto corporal en el otro”, dice Guerra; “opino que esto es porque hemos pasado mucho tiempo en lo mental, en el proceso de pensamiento y ahora hemos bajado al cuerpo”.
Según esta experta, esto ha llevado a que, de forma orgánica e intuitiva, la mirada se dirija a responder qué es lo que pasa con el cuerpo, tanto desde el punto de vista estético como emociona. “Esta atención al lenguaje corporal ha promovido una conceptualización del cuerpo como una herramienta que forma parte de nosotros”, dice Vanessa Guerra; “ya que comunica tanto como las palabras”.
Sin embargo, la comunicación no verbal está repleta de lo sutil, a partir de la energía mediante la que se transmite ese gesto; “la energía con la que estés es la que da significado a tu expresión, pues aquélla es emoción y este vínculo es imprescindible en el momento de comunicar o transmitir una cosa u otra”, dice Guerra.
¿Qué comprende, entonces, la comunicación no verbal? “Todas aquellas señales que podemos reconocer en el cuerpo y rostro de otra persona y que nos filtran información acerca de sus estados cognitivos, de pensamiento y emocionales”, dice Vanessa Guerra.
A esto se suma lo no verbal que acompaña a la oratoria, es decir, cómo hablas, cuál es la velocidad que le das a tu discurso, cómo vocalizas, si haces o no silencios o el tono y el timbre de voz; “es cómo acompañas la palabra, cómo la envuelves”, dice esta experta, para quien “la sociedad en la que vives impacta en la parte no verbal de tu comunicación”.
Se sabe que una palabra tiene una u otra acepción dependiendo de cómo se acompañe, desde dónde y cómo se diga; “si tu gesto es inconsciente puede jugarte malas pasadas”, dice Guerra, ya que estarás enviando información al otro sin darte cuenta, por lo que serás menos dueño de ti mismo al generar una respuesta en tu interlocutor”.
En cambio, cuando eres consciente de lo que transmites con tu cuerpo, “estarás interviniendo en tu propia comunicación, por lo que podrás generar una respuesta en el otro según tu propia estrategia, que, por ejemplo, puede estar basada en la persuasión o en la convicción”.
Es lo que se conoce como rapport o sintonía psicológica, “la capacidad que tienes, desde tu propio cuerpo, de crear afinidades con la otra persona para obtener tu objetivo, lograr información o llevar al otro a tu terreno”.
“Tu cuerpo es un canal regulador, un termómetro, aunque también funciona en la otra dirección, permitiéndote crear estados de ánimo que te procuren bienestar”, dice Vanessa Guerra.
Para Guerra, “el paradigma debe cambiar y, en vez de hacer las cosas hacia afuera, hay que hacerlas hacia adentro, de modo que, una vez que lo tengas integrado, no será preciso que lo pienses y saldrá solo”.
¿Cómo puede ser un entrenamiento desde el cuerpo y el rostro, desde la comunicación no verbal? Vanessa Guerra te da las pautas:
Si has llegado hasta aquí, te propongo un entrenamiento más: imagina que acudes a una entrevista de trabajo; estás muy nervioso y temes que tus posibles empleadores apliquen técnicas y argucias para conocerte mejor.
“En un caso así es normal sentir nervios, aunque son los que te mantienen en estado de presencia, en el ahora”, dice Vanessa Guerra; “una estrategia es que mentalmente des un paso atrás, para mitigar el nivel de nerviosismo, evitando que te domine”. “En este caso, la herramienta más inmediata es la respiración”.
“Otra estrategia consiste en visualizarte sintiéndote tranquilo y anticipando que es posible que la empresa haga cosas que te pongan nervioso”, dice la experta en expresión corporal Vanessa Guerra. “Para ello, muestra tu parte más humana, respondiendo con naturalidad y haciendo el amago de la sonrisa, pues este gesto te ayuda a vincularte con el otro, a calmarte y hasta es posible que facilite que tu interlocutor baje un poco la guardia”.
¡Felices y Sentidos Gestos! ¡Feliz Coaching!
¿Cómo va hasta ahora tu vida? ¿Estás experimentando la vida que deseas? ¿Qué es lo…
Las curvas sombreadas por un lápiz de dos cuerpos en papel nacidos de la…
En el programa de hoy hablamos de la huelga indefinida de los trabajadores del Servicio…
China Taste, el evento dedicado a celebrar la riqueza de la gastronomía tradicional china, regresa…
La edad es uno de los factores de riesgo para sufrir demencia con cuerpos de…
Por décimo año consecutivo, la participación de Amavir en este proyecto se materializa a través…