Una parte escondida
dentro de la otra.
una boca muerta
por no sentirse viva
y descalzo por los parques
atravieso mi horizonte
entre sus mismos clavos.
Nada que llorar.
Todo mi mundo es abierto.
Abro los ojos para verlo.
La túnica se hace blanca
y sus manos muy largas.
Apesto a teatro
siendo el único actor.
Manos en el fuego.
No retires…
aguanta…
Aguanto.
El dolor se vuelve color
y el color
una ternura amarrada
a la voz del que pronuncia,
siempre en la distancia,
con eco.
Tú respira.
La verdad se volvió tan negra
como su boca de botella
en la fría noche.
El querer ya es solo pensar
y el pensar una promesa
nunca hecha realidad.
Perfumes de otro tiempo
pasados al pasar.
Háblame de lo escondido,
de las veces que echaste de menos
mi mano al caminar,
y desángrate conmigo,
y vuelve a beber de la boca
que derramó por sentidos
los mismos caminos locos
sin sentidos.
Echo de menos al cuerpo
que hizo del mío los versos
que ahora escribo.
Sin pensar.
Sí.
