Las mujeres mayores tienen un riesgo más elevado de sufrir dolor que los hombres de la misma edad.Así concluye el estudio llevado a cabo por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red Epidemiología y Salud Pública, CIBERESP, de la Universidad Autónoma de Madrid. El trabajo, en el que también han participado expertos de Ciber de Fragilidad y Envejecimiento Saludable, CIBERFES, revela que la mayor frecuencia de algunas enfermedades crónicas en las mujeres, un peor estado funcional, el estrés psicológico y la menor actividad física pueden explicar su mayor riesgo de padecer dolor.
Si bien es cierto que investigaciones anteriores habían mostrado que las mujeres tenían un mayor riesgo de sufrir dolor crónico, este estudio va un paso más allá. Los investigadores han identificado los comportamientos de salud y los factores clínicos que pueden asociarse a ese mayor riesgo. Para ello, analizan información de una cohorte de 851 mujeres y hombres de 63 años o más, que inicialmente no sufren dolor y son seguidos durante tres años.
Según Esther García Esquinas, investigadora principal del trabajo, los resultados de este análisis mostraron una mayor incidencia de dolor de intensidad alta en mujeres (23%), frente a hombres (13%). Entre los factores ligados al exceso de riesgo de sufrir dolor en mujeres “destaca la mayor frecuencia de enfermedades crónicas, especialmente enfermedad osteomuscular, el peor estado de función física, los mayores niveles de estrés psicológico y la menor realización de actividad física”, aclara.
Algunos mediadores relevantes del exceso de riesgo en mujeres fueron el estrés psicológico (25%), la depresión (9%), la mala calidad del sueño (11%) y los bajos niveles de actividad física recreativa (13%).
El trabajo incide en la importancia de estudiar posibles factores biológicos específicos de sexo y su interacción con los estilos de vida para comprender mejor las diferencias de riesgo de dolor entre hombres y mujeres. “Nuestras conclusiones también abren una nueva vía de investigación sobre el efecto del ejercicio físico para disminuir el exceso de riesgo de dolor observado en las mujeres”, adelanta García Esquinas.
El dolor crónico es un problema creciente de salud pública, particularmente en los adultos mayores. El 20% de la población sufre dolor crónico (definido como dolor en la mayoría o todos los días durante los últimos 6 meses). La prevalencia del dolor crónico aumenta con la edad, afectando al 60% de los mayores de 65 años. Además, el dolor crónico tiene una gran influencia en la salud de las personas mayores, porque reduce la actividad física y aumenta el riesgo de fragilidad, caídas, discapacidad física y deterioro cognitivo. Como resultado, el dolor crónico es la causa principal de años vividos con discapacidad en personas a partir de los 50 años.
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