¿Eres nostálgico? ¿Te gusta sentirte melancólica de vez en cuando? ¿Qué crees que hay detrás de la nostalgia? ¿Para qué puede serte útil en un momento determinado? ¿O sientes que la nostalgia sólo te pone triste? Te invito a descubrir lo que se puede encontrar tras la nostalgia y la melancolía. Desde el Coaching; ¿Me acompañas?
Hay momentos para la nostalgia, para hacer una remembranza de hechos pasados y percibir lo que quizá sentíamos entonces. Como definición, se refiere a la tristeza melancólica cuyo origen está en el recuerdo de una dicha pérdida. Tristeza, pérdida y melancolía. Por cierto, que esta última se define como tristeza vaga y profunda, sosegada y permanente, por causas físicas o morales y que provoca en quien la padece el no encontrar gusto ni diversión en nada.
Cuando sentimos nostalgia, a veces experimentamos emociones distintas a la tristeza, que habitualmente cursa mediante efectos tales como la pena por una pérdida, o el estar a disgusto con todo y con todos. Quiero decir que en ciertos momentos y para algunas personas, puede tener efectos positivos.
La nostalgia se convierte, entonces, en parte del pasado, pero sólo porque lo utilizamos de rampa, de impulso, para seguir en el presente, creando nuestro reto de futuro. ¿Cómo podemos entrenar esta versión positiva de la nostalgia y la melancolía?
Versión positiva
Tanto la melancolía como la nostalgia se asocian a la tristeza. Esta última cumple con las tres funciones propias de las emociones, como son la adaptativa, que nos prepara físicamente para la acción, la social, que nos permite comunicar a los demás cómo nos sentimos y la motivacional, la cual nos lleva a dirigir nuestro objetivo hacia una meta determinada.
Desde el Coaching todas y cada una de las emociones tienen su sentido y su función, de forma que lo verdaderamente relevante es cómo ve una misma a través de esas sensaciones, cómo las confrontamos. La función motivacional de la nostalgia, a través de la emoción que la conduce, tristeza, puede identificarse desde otro ángulo.
Podemos verla como una serie de imágenes y recuerdos del pasado con los que tenemos un anclaje positivo, de felicidad, que nos lleva incluso a enaltecer, a sublimar nuestras sensaciones. Te propongo una reflexión sobre los siguientes pasos:
Vuelve a realizar tres respiraciones profundas. Te invito a que te des cuenta de tus nuevas sensaciones. Te propongo que dejes pasar unos minutos y repitas el gesto físico que hayas empleado en la formación de tu anclaje positivo. ¿Qué sientes? ¿Son sensaciones de bienestar? Si es así, ya tienes una herramienta para activar tu nostalgia en positivo.
De modo que cuando estés afligido, tienes la baza de volver a ese “lugar feliz” de tu nostalgia para solazarte, para sentir bienestar. Confrontada la tristeza, su función motivacional puede impulsarte hacia nuevos retos. En este punto, hay un aforismo que puede verbalizar tu principio de acción: “Cuando tengas ganas de parar, recuerda lo que te hizo empezar”.
¡Feliz Nostalgia! ¡Feliz Coaching!
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