Hace un par de días he experimentado lo que se conoce como epifanía, es decir, me he dado cuenta de algo que es importante para mí y que ha requerido un pequeño despertar de mi consciencia.
Me refiero a la expresión de un valor del que no me percataba, a pesar de las señales que, créeme, han sido y son bien claras, aunque no para mí, al menos hasta hace dos días.
Este valor es el del autocuidado, partiendo de la realización de aquellas cosas que me nutren energéticamente como, por ejemplo, darme un momento para mirar por la ventana, mientras tomo lentamente un café; o también mientras dedico tiempo a colocar la ropa ya planchada en cajones y armarios; incluso cuando desocupo el lavavajillas o pongo en orden el mesón de la cocina.
En estos momentos, soy consciente de que lo que hago es para mí, también para las personas favoritas que comparten hogar conmigo, lo cual redunda en mi bienestar emocional.
Se trata de tomar consciencia de que aquello que hago, sea lo que sea, lo llevo a cabo de la mejor manera posible, mostrando la versión óptima de mí misma. ¿Sabes qué es lo que pienso en tales momentos? Pues que todas estas acciones son el reflejo de que estoy en la senda de lo que soy, de lo que siento y de que, paso a paso, sigo la llamada de mi corazón.
Así se titula el libro de Cristina Ramón Guasch, coach para quien la llamada al corazón “implica salir del área de confort, vencer los miedos y los obstáculos, a fin de transformarse para hacer ese viaje heroico que nos convierte en otra persona”.
“En la zona de confort es fácil recordar tu pequeñez, pero al salir al mundo en busca de un nuevo objetivo es cuando te das cuenta de lo que eres capaz de hacer”, dice Cristina Ramón, que ha participado recientemente en el congreso virtual “Un viaje al corazón”, organizado por las coaches Belén Sambucety y Miriam Martín.
En su proyecto “La revolución del corazón”, Cristina Ramón Guasch considera que “el corazón es nuestra mejor brújula y, aunque puedes posponer la escucha de lo que te tiene que decir durante un tiempo, al final has de oírlo”.
Esta coach ha definido cuatro pilares, capaces de sustentar la estructura emocional que requerimos para seguir ese camino, que contienen las respectivas herramientas para lograrlo:
“Seguir al corazón es como embarcarse en el viaje del héroe, quien sale en pos de su objetivo, venciendo los obstáculos que son, a su vez, parte del crecimiento”, dice Cristina Ramón; “Pues gracias a esas dificultades se saca músculo de fortaleza, confianza, mentalidad abierta y conciencia de cuáles son los recursos que se tienen”.
¿Cuáles son las ventajas de seguir el camino al corazón? Esta experta enumera las siguientes:
No obstante, “seguir al corazón tiene un precio que a veces es alto”, dice Cristina Ramón, que señala algunas de las desventajas del camino: “Puedes encontrarte sin apoyo, al menos en un principio; sentir soledad o el hecho de que vas contra corriente”.
Ir por el que parece el camino menos transitado o la sensación de dar un salto al vacío son desventajas que comparten un mismo obstáculo: el miedo. “No seguir la llamada del corazón tiene un precio mayor, en términos de conflicto interno continuo”, dice Cristina Ramón.
Las herramientas citadas más arriba acompañan en ese viaje del héroe desde la zona de confort hasta la meta marcada por su Ser.
No obstante, el amor propio es, según esta coach, el instrumento más valioso: “Al salir de nuestra área segura, el ego se pone en alerta, ya que se ocupa de nuestra supervivencia y sabe que esta última está garantizada en lo conocido; al menos es lo que nos hace creer”.
Estos temores relacionados con el “seguir vivos” no son los únicos; “El principal miedo reside en el rechazo, que no nos quieran ni acepten”, dice Cristina Ramón Guasch; “Lo cual se deriva de la necesidad atávica de pertenencia a un clan”.
Para confrontar tal emoción “la herramienta más acertada es el amor propio, que se traduce en que te aceptes, te quieras tal cual eres, que te valides y te des tu aprobación”, dice esta experta; “Aunque es cierto que habrá días mejores y otros que no lo serán tanto”.
“El miedo es un patrón”, dice la coach Cristina Ramón Guasch; “tú eliges si le das o no fuerza; en mi caso personal, me acompaña la creencia de que la vida me cuida, por lo que, aunque sienta temor, si paso a la acción la vida me va a compensar”.
Y recuerda que “la vida te abraza, te acoge; basta con reflexionar un momento para ser consciente de ello”.
¡Feliz Camino al Corazón! ¡Feliz Coaching!
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