En modo Coaching

La decepción: por qué duele y cómo neutralizarla

Es posible que, en más de una ocasión, te hayas sentido decepcionado con respecto a otra persona. La decepción destapa un torrente emocional que te hace sufrir y tiene su origen en las expectativas que pones en el otro, en sus acciones, conductas o en sus palabras. Desde el Coaching, hoy te propongo ser consciente de dónde nace esa decepción y cómo neutralizarla.

 

Hace unos días he sufrido una gran decepción con respecto a una de mis personas favoritas. Una situación equívoca desató muchos interrogantes que, tras una dura conversación telefónica, desembocó en un desencuentro.

Mi impresión al terminar la comunicación telefónica fue de desaliento, desesperanza, de rabia y, por qué no decirlo, de miedo; miedo a que no hubiera un entendimiento, a que no volviéramos a conectar, a que, en fin, yo no pudiera procesar mi dolor.

“Lo primero es ser consciente de que la decepción duele”, dice Miguel Navarro, creador de Productividad Feroz; “aunque no hagas que duela más de lo necesario, pues se trata de un contexto muy humano que posiblemente se repetirá a lo largo de tu vida”.

“Duele porque surgen emociones asociadas que tienen que ver con la frustración, con la rabia y la ira, también con la tristeza, la nostalgia y hasta con la propia decepción”, dice Navarro.

Entender por qué duele

“Es un torrente emocional que se desata tras ese comportamiento concreto, a partir de las acciones y palabras de alguien cercano”, dice Miguel Navarro; “no obstante, podemos aprender a hacer algo con eso, en el sentido más constructivo del término”.

Para este experto, existen dos claves para entender por qué sufrimos al ver que nuestras expectativas basadas en la otra persona no se cumplen:

  • La decepción tiene su origen en unas expectativas que ponemos en otra persona, en sus acciones, conductas y palabras. Es decir, el origen no tiene que ver tanto con lo que haya hecho esa persona, cuanto con la expectativa que se había puesto.
  • Tenemos la necesidad de sentirnos validados por quienes nos rodean. Sin embargo, la validación ha de venir desde nosotros, pues cuando la ponemos en el exterior, existirá la posibilidad de sentirnos decepcionados.

Cómo neutralizar las expectativas

“Tras esta emoción retadora, hay una grandísima oportunidad para crecer, utilizando esa situación difícil como trampolín”, dice Miguel Navarro, quien propone un entrenamiento de diez pasos para neutralizar la decepción:

  • Respira. Evita reaccionar impulsivamente. Aunque parezca obvio, pocas veces lo recordamos. Suelta con cada exhalación la rabia o la ira contenida. Busca un contexto emocional más calmado antes de responder a la decepción.
  • Háblate bien. No es cierto que seas crédulo, ingenuo, tampoco que seas idiota. La decepción significa que confiaste, que esperabas algo más, creías que la otra persona se comportaría de una determinada manera. No significa debilidad, sino que eres un ser humano y tienes capacidad para apostar por las cosas.
  • Sin victimismos. Horas, días, incluso semanas repitiendo lo que pasó, dando explicaciones, con la misma escena en la cabeza, deseando que las cosas fueran como antes. Es un error, una pérdida de tiempo.
  • Revisa las expectativas que tenías sobre los demás. Esto no implica el rechazo hacia otras personas, pensando que no puedes confiar. Analiza que siempre que pones una expectativa en el comportamiento de alguien estás poniendo en jaque tu felicidad. Ésta no debería depender de lo que los demás hacen o dicen.
  • Cuida tu corazón. No permitas que una decepción te convierta en alguien cínico, pues la gente falla, tú fallas, todos fallamos, es parte del juego: aprendes, ajustas y sigues.
  • Conecta con tu valentía interior y ármate de ese coraje para defender tu valía primero ante ti y, si lo crees necesario, ante los demás. Ten una conversación honesta y valiente con la otra persona en la que expongas sobre todo cómo te sientes. No se trata de convencer a nadie ni de cambiar el curso de las cosas, sino de que te expreses desde el corazón.
  • Establece límites claros para protegerte emocionalmente. Esto significa que tendrás que apartar a ciertas personas de tu vida, aunque no hacerlo con todo el mundo, sino reajustar tu rol en algunas situaciones. Si hay relaciones en las que te sientes invadido, es el momento de plantarles cara, por supuesto, desde la asertividad y la compasión.
  • ¿Qué es lo que puedes aprender de cada decepción? Te darás cuenta de que, en cada una, existe un regalo escondido, la posibilidad de aprender sobre comunicación, confianza y ajuste de expectativas.
  • Podrás reajustar, obtener tu mejor versión, descubrir, evolucionar, hacer cosas nuevas.
  • Evita que el comportamiento de los demás mine tu autoestima. Tu valor como persona no depende de los actos del resto. Recuerda que tu autoestima y, por tanto, tu felicidad, han de depender de ti.

Si has llegado hasta aquí, te cuento un poquito más de mi decepción. Un día antes de que tuviéramos la conversación, cruzamos algunos mensajes en los que no me fue difícil equilibrar y dar espacio a la otra persona.

Sin embargo, tras intentar resolver el tema cara a cara, me sorprendió que mi persona favorita me pidiera algo de espacio.

Algo se encendió en mí y sentí una gran y profunda sensación decepcionante; me estaba fallando, me estaba eludiendo, no deseaba resolver lo que nos estuviera separando.

Tras colgar, mi disgusto era casi dramático; sin embargo, tras hablarlo con otra de mis personas favoritas, fui consciente de que mi decepción era fruto de las expectativas que me había hecho del otro.

Supe que de esto último era yo la principal responsable, dándome cuenta de que el juicio y la falta de comprensión habían rematado las expectativas, alimentando mi decepción.

Así que recogí las piezas que habían quedado sueltas, las volví a atar aunque, en esta ocasión, con un lazo especial: el del amor incondicional.

Han pasado algunos días y sigo dándole tiempo y espacio a mi persona favorita. No siento impaciencia y de la decepción ya no queda ni rastro pues sé que, al final, todo fluirá.

Y tú, ¿te has sentido decepcionado?

¡Felices Decepciones que Enseñan! ¡Feliz Coaching!

 

 

Silvia Resa

Soy coach ontológica para acompañarte en la identificación de tu objetivo y apoyarte durante tu proceso de Coaching. Sistemas propios: ArkeCoaching, AstroCoaching y IronCoaching.

Compartir
Publicado por
Silvia Resa

Entradas recientes

Atención personalizada para los enfermos de ELA en Cataluña

La Fundació Catalana d'ELA Miquel Valls ha puesto en marcha varios proyectos para mejorar la…

15 horas hace

La incidencia de la EPOC sigue creciendo en nuestro país

La incidencia de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, EPOC, sigue creciendo en España. Una patología…

2 días hace

¿Prefieres el equilibrio o la armonía?

Hay conceptos que utilizamos a modo de meta, de objetivo, sin pararnos mucho en saber…

3 días hace

La última luna salió de repente

Un bocado sin dientes arrancando corazón sin apenas respirar. La última luna salió de repente,…

4 días hace

Aprendemos cómo prevenir la alergia y disfrutamos de la danza

En el programa de hoy, nos acercamos a los profesionales de farmacia para aprender cómo…

4 días hace

Haz puzzles para activar tu cerebro

Un puzzle es más que un juego, que puro entretenimiento. Descubre cómo haciendo puzzles ayudas…

6 días hace