La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el edadismo como «los estereotipos, los prejuicios y la discriminación contra las personas debido a su edad”. En la actualidad hay unos 600 millones de personas en el mundo que tienen 60 años o más. El edadismo puede tomar muchas formas, como actitudes prejuiciosas, prácticas discriminatorias o políticas y prácticas institucionales que perpetúan estas creencias estereotipadas.
La exposición muestra los resultados de una encuesta realizada previamente por trabajadores, residentes y familiares que presenta el porcentaje de conductas de edadismo que se da en el entorno. Por otro lado, se exponen una serie de “microedadismos” que se muestran a través de frases, conductas o acciones que ocurren habitualmente con respecto a los mayores y que tienen lugar en gran parte por el arraigamiento cultural. La letra de la canción “Llegar a viejo” de Joan Manuel Serrat acompaña la serie de fotografías de los residentes que están participando en el proyecto. Cada una cuenta con su nombre, edad y una frase significativa de cada uno de ellos.
“Vivimos en la una sociedad donde se venera demasiado la juventud y donde la vejez está llena de connotaciones negativas. Creo que es hora de darnos cuenta de que la vejez no es algo malo; es la consecuencia de haber tenido dos cosas: salud y suerte, es una etapa más de la vida y, como todas las anteriores, deberíamos vivirla con la mayor felicidad posible”, cuenta Alicia López, trabajora social de Amavir Getafe.
Las actitudes discriminatorias por motivos de edad se dan de forma generalizada en todas las sociedades y no se limitan a un grupo social o un grupo étnico. Este fenómeno siempre ha existido, en las diferentes épocas y civilizaciones, pero los medios de comunicación, la publicidad o el cine han incidido en que se valore mucho más la juventud.
El edadismo influye directamente en la salud de quien lo sufre, tanto física como mental. “Sufrir edadismo no es como sufrir, por ejemplo, un trato racista. El edadismo hoy en día está normalizado y muchas veces, los mayores perciben como normales situaciones que no lo son. Por el hecho de vivir en la residencia no se debe vulnerar tu privacidad e intimidad, se te debe seguir informando de tu estado de salud, no sólo a tus hijos”, concluye la trabajadora social.
Esta iniciativa ha sido muy bien recibida por los residentes de Amavir Getafe, quienes han encontrado una oportunidad de expresar esta problemática de la sociedad en un entorno seguro y de comprensión.
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