En los próximos 15 años la incidencia del ictus aumentará un 35 %. Cifras que dejan claro la importancia de una enfermedad que es la primera causa de discapacidad en España.
Las repercusiones médicas y sociales del ictus en nuestro país se han analizado en el Encuentro científico y social sobre ictus. Un evento organizado por la Fundación Freno al Ictus en colaboración con la Sociedad Española de Neurología (SEN) y el Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV), y apoyado por la Fundación GMP.
La SEN estima que en los próximos 15 años, los casos de ictus en España aumentarán un 35%, reflejando la gravedad de esta enfermedad. Patología que en 2020 causó 6,6 millones de muertes globales, y que se proyecta alcanzará los 9,7 millones anuales para 2050. En Europa, con 1,1 millones de casos anuales, el ictus es la principal causa de discapacidad, y en España, 23,173 personas fallecieron en 2023 a causa de esta enfermedad, siendo un 55% de ellas mujeres.
La neuróloga en el Hospital Universitario de Cruces de Bilbao y coordinadora del GEECV de la SEN, María del Mar Freijo Guerrero, destacó que el ictus isquémico representa el 80-85% de los casos, mientras que el hemorrágico afecta al 15-20%. Subrayó la importancia de investigar las causas de los ictus para mejorar los tratamientos, ya que entre el 25-30% de los ictus isquémicos son de origen indeterminado.
Frenar la incidencia con prevención y detección precoz
También hizo hincapié en la prevención primaria, resaltando la necesidad de un estilo de vida saludable y la detección precoz. Explicó cómo el protocolo «Código Ictus», está diseñado para agilizar la atención ante un posible ictus, y mencionó tratamientos que deben ser administrados con urgencia como la trombólisis y la trombectomía mecánica, esenciales para mejorar el pronóstico del paciente.
Además, enfatizó la importancia de la investigación continua y la necesidad de que el 90% de los pacientes sean atendidos en unidades especializadas.
Durante el encuentro, se enfatizó la importancia de la prevención, el tratamiento temprano y la neurorrehabilitación para mejorar la calidad de vida de los afectados. Según Jesús Porta Etessam, presidente de la SEN, hasta el 90% de los ictus podrían prevenirse con hábitos saludables, y el «Código Ictus» permite una atención rápida, destacándose la necesidad de fortalecer las unidades de rehabilitación en hospitales.
Pilar Aparicio Azcárraga, responsable de la Estrategia Nacional en Ictus del Sistema Nacional de Salud, presentó las estrategias actualizadas basadas en los avances científicos y el Plan Europeo de Acción para el Ictus 2018-2030.
Impacto social del ictus
Desde la perspectiva social, Paloma Blanco de Córdova, presidenta de la Asociación Afasia Activa, compartió cómo las familias son fundamentales en la recuperación de los pacientes, mientras que el proyecto “Un final para el DCA” de Pedro Vaquero de Coloria se presentó como un recurso educativo y emocional para menores con familiares afectados.
Julio Agredano Lozano, presidente de la Fundación Freno al Ictus, destacó la importancia de la divulgación para sensibilizar a la sociedad sobre los síntomas del ictus, lo cual permite salvar vidas y reducir secuelas. Además, recalcó los beneficios de iniciativas como «Espacio Cerebro Protegido» para capacitar a ciudadanos en la identificación de los síntomas, mejorando la respuesta ante emergencias.
Este evento contó con el apoyo de importantes organizaciones médicas y de empresas farmacéuticas, demostrando la colaboración esencial en la lucha contra el ictus.