Volvía del colegio con mis dos hijas de seis y trece años. Al ser viernes, llevaban la mochila de deporte, además de la de los libros.
Como para acceder a nuestra vivienda hay dos tramos de escalera, cogí las mochilas de la más pequeña aunque, como hacía calor, también las chaquetas de ambas, además de la mía y mi propia mochila de trabajo, todo lo cual me convertía prácticamente en un perchero.
Tras llegar a casa y abrir la puerta (proeza que no sé ni cómo logré) la mayor dejó caer su carga en el suelo del vestíbulo, tal cual, lo que provocó en mí un arranque de protesta.
En ese momento, una de las chaquetas se deslizó de mi brazo y también cayó al suelo. Sin pensarlo dos veces, miré la prenda caída, miré a mi hija mayor y resuelta le dije, señalando la chaqueta: “Recójelo”
Su expresión fue de extrañeza, aunque enseguida mudó a risa, al sentir mi carcajada, seguida de un alud de bolsas y prendas hacia el suelo. Acabamos las tres muertas de risa.
Desde entonces, la expresión “recójelo” es parte de una broma familiar que nos indica que algo divertido va a ocurrir.
Este episodio de mi vida familiar aún me sigue provocando risa; me doy cuenta de cómo, en ese momento, el buen humor evitó el enfado y los reproches, creando un vínculo con mis hijas que tiempo después perdura.
Tal es el beneficio de la risa, expresión de la alegría y el optimismo, que bien puede servir como defensa frente al duelo o ante la confrontación de emociones tales como la ira, la tristeza, el miedo o la vergüenza.
Son muchos los expertos que hablan de los beneficios de la risa para la salud mental, física y emocional de las personas. El llamado círculo virtuoso hace referencia a la liberación de serotonina, la hormona de la felicidad, cada vez que realizamos alguna actividad que nos resulta placentera.
El aumento de serotonina influye, a su vez, en la producción de melatonina, la hormona del sueño, generándose ese ciclo tan beneficioso mediante el que dormir mejor provoca una sensación de equilibrio al día siguiente, lo cual nos lleva a realizar acciones motivadoras que aumentan el nivel de serotonina que, de nuevo, producen la aparición de melatonina; y así cada día.
La risa, el buen humor, es uno de los mecanismos con que contamos para confrontar situaciones que, de otra manera, nos producirían mayor sufrimiento.
Es cierto que, en ocasiones, es necesario hacer el duelo y no sólo porque se produzca la muerte de un ser querido, sino también porque nuestra pareja se rompa, nuestro hijo se independice, nos echen del trabajo, nos llegue la jubilación o tengamos que cambiar nuestro país de residencia.
Estas situaciones provocan una ruptura con nuestra área segura, nuestra zona de confort, lo cual nos lleva a experimentar emociones tales como el enfado y la tristeza, si bien al preguntarnos qué es lo que hay detrás posiblemente nos encontremos con el poderoso miedo.
Esta emoción tiene en la risa, en el humor, un duro contrincante, como prueba el hecho de que en situaciones en las que se exacerba la tristeza, por ejemplo, en un sepelio, es raro que no surja un chiste o una broma relacionada o no con el finado.
Es entonces cuando decimos que la risa nos sirve para liberar el estrés generado en el duelo, en la despedida de esa persona que ya no está entre nosotros.
Cineastas como Tarantino incluyen el humor en algunas de sus escenas más cruentas, a modo de válvula de escape y para relajar la tensión del espectador. Y qué decir de las películas de cine mudo, abanderadas por Chaplin, Lloyd y Keaton… con esa acción acelerada y adornada con efectos sonoros que subrayan la comicidad de las historias que nos cuentan.
Videos de caídas y golpes con finales felices, pelis de terror en las que buscamos el detalle absurdo para descargar nuestro miedo, monólogos de humoristas que exageran historias cotidianas o cualquiera de las películas de humor de la cartelera pueden hacer que consigamos nuestro objetivo: la risa como herramienta para mejorar nuestro día a día.
Desde el Coaching te invito a que observes qué es lo que ocurre en tu cuerpo y en tu mente cada vez que te ríes. ¿Cómo te sentías antes de empezarte a reír? ¿Qué sientes mientras sueltas la carcajada? ¿Qué percibes en tu cuerpo? ¿Cómo son tus emociones? ¿Cuál es la que mejor define tu estado? ¿Qué ocurre cuando has terminado de reír, cómo te sientes? ¿Qué ha ocurrido con tus tensiones, si las tenías antes de empezar a reír?
Te propongo que entrenes tu risa, para ello te invito a dar los siguientes pasos:
Y así hasta que no puedas parar, sin miedo, pues sólo estáis tú y tu reflejo.
Ten en cuenta que buscar el lado positivo y la parte cómica de cualquier acción te ayuda a conseguir una visión más divertida de la vida; además, el humor parte de ti mismo, de tu propia capacidad para verte desde otro ángulo, a ti o la situación que estés viviendo.
¡Feliz Humor con Todo el Sentido! ¡Feliz Coaching!
Si eres amante de la coctelería, atrévete con esta creación, Cool&Hot, que hoy nos propone…
¿Cómo va hasta ahora tu vida? ¿Estás experimentando la vida que deseas? ¿Qué es lo…
La directora general, Lourdes Rivera, dedicó el galardón a todos los trabajadores y trabajadoras de…
Las curvas sombreadas por un lápiz de dos cuerpos en papel nacidos de la…
En el programa de hoy hablamos de la huelga indefinida de los trabajadores del Servicio…
China Taste, el evento dedicado a celebrar la riqueza de la gastronomía tradicional china, regresa…