La inauguración ha contado con la participación de Juan José García Ferrer; director general de Atención al Mayor y a la Dependencia de la Comunidad de Madrid; Margarita Vallejo, vicerrectora de Posgrado, Formación Permanente y Extensión Universitaria en la Universidad de Alcalá; Bartolomé Freire, doctor en Psiquiatría y escritor, y Cristina Rodríguez-Porrero, coordinadora general del Foro LideA.
El director general de Atención al Mayor hizo un completo repaso de la cartera de servicios dirigidos a las personas mayores, así como de las actividades que promueven un envejecimiento activo y saludable como las Rutas Culturales, la red de apoyo a la soledad no deseada, los nuevos modelos de vivienda para los mayores del futuro, etc. No obstante, ha destacado que aún hay mucho trabajo por hacer como, por ejemplo, mayor formación a los cuidadores y potenciar la red de centros de mayores con programas como “Mayores maestros” o las Aulas de la Tercera Edad.
Por su parte, Margarita Vallejo ha destacado que el perfil de los alumnos mayores ha cambiado: “Nos encontramos con personas que tienen titulación universitaria, pero quieren formarse en su segunda vocación, y personas sin titulación que quieren acceder a las aulas para formarse sobre ciencias o humanidades”. Por consiguiente, reivindica titulaciones propias para las personas mayores y, para ello, “debemos formar a profesores para dar clase a universitarios mayores”. En cualquier caso, la vicerrectora ha subrayado los beneficios de impartir clase a jóvenes y mayores. “No hay que separar”, ha insistido, porque surgen sinergias que ambos pueden aprovechar. Finalmente, Vallejo ha compartido dos iniciativas que se van a poner en marcha en la Universidad de Alcalá: la apertura de los grupos de investigación a los universitarios mayores y un programa de voluntariado de mayores para la organización de congresos.
Desde su experiencia como psiquiatra, Bartolomé Freire ha destacado que el envejecimiento es un periodo de la vida “que nos desafía a adaptarnos a cambios inesperados y no siempre gratos”. Por eso, ha resaltado el reto de aprender “a separarnos de lo conocido, adaptarnos al cambio y dar la bienvenida a lo nuevo”. En este contexto, ha señalado que las relaciones “son el marco ideal para aceptar los cambios de la edad y gestionar las emociones”. Y los mayores “tienen que participar en debates sobre los retos a los que nos enfrentamos”. En definitiva, para Freire la vejez es una oportunidad para encontrar nuevos propósitos y trasmitir conocimiento a los jóvenes.
Finalmente, Cristina Rodríguez-Porrero ha señalado que “desde el Foro LideA buscamos inspirar para reflexionar y debatir sobre nuestra participación en la sociedad. Somos líderes de nuestro envejecimiento y debemos ejercer ese liderazgo en los demás”.
Víctor López García, representante de UDP nacional; Elisa Nuez, presidenta de Audema de la Universidad de Alcalá; Gonzalo Berzosa, presidente de Nagusilán-Madrid y José Manuel Azorín, presidente de Emancipatic, han presentado el estudio.
“El envejecimiento es un fenómeno individual, pero envejecer bien es un fenómeno social”, ha afirmado Berzosa. Además, ha señalado que la edad ya no define el envejecimiento: “No envejece a la vez la mente y el cuerpo. La mente crece con el uso y decrece con el desuso”. Por eso, ha subrayado la importancia de la formación y la cultura a lo largo de toda la vida. “Los mayores somos tanto receptores como transmisores de cultura”, ha apuntado.
Tres son los enfoques analizados en el documento.
Dedicado a la formación de las personas mayores, en el ámbito específico de la salud y del envejecimiento activo. Se trata de fomentar la capacidad de la persona mayor para conducir su vida por el sendero de la salud, de la autonomía y de la independencia personal, a través del disfrute y práctica de un envejecimiento activo, creativo y exitoso.
Lo que pretende la gerocultura es elevar la calidad de vida de la persona mayor a través de la actividad y de los procesos lúdicos y participativos. La persona mayor estimulada por su propio interés y motivación y con asesoramiento externo, deberá ser capaz de elegir las actividades formativas y culturales que más le convienen para conseguir “el buen envejecer” y “el envejecer con éxito”.
Por todo ello, los autores defienden que las actividades formativas y culturales no regladas, más personales e informales, serán más apropiadas para las personas mayores en este ámbito, porque cumplen mejor con las expectativas, posibilidades y preferencias de este colectivo etario.
Aunque en España, últimamente, se ha notado un crecimiento notorio de programas dirigidos a la formación de personas, sobre todo debido a la gran y efectiva actividad de las organizaciones sociales que trabajan con las personas mayores en este campo, aún queda mucho trabajo por hacer hasta conseguir que el aprendizaje a lo largo de la vida sea considerado estratégico y fundamental en cuanto a derechos de las personas mayores se refiere, dentro de una sociedad democrática y con la participación de todos los ciudadanos.
Los autores del documento aseguran que las autoridades, nacionales y comunitarias, tienen la obligación de prever, conocer y aceptar los cambios que se deban hacer, con el fin de conseguir la excelencia en este tipo de enseñanza fomentando al mismo tiempo un diálogo generacional e intergeneracional.
Se debe promocionar la educación a lo largo de la vida sin limitaciones de edades, apoyando la premisa de que prepararse es algo usual también en edades avanzadas, siendo muy importante la continuación de seguir aprendiendo y trabajando la mente para evitar enfermedades y la exclusión social.
Las universidades, los centros de educación de adultos y los centros sociales deben pasar por una adaptación a las nuevas necesidades y demandas de sus usuarios, consiguiendo ser referencia en su aprendizaje y socialización.
Es muy importante facilitar la buena formación de los profesionales de la enseñanza, con orientación a nuevas técnicas pedagógicas que faciliten el entendimiento, el trato y la enseñanza de los adultos mayores.
Por último, se deberían desarrollar múltiples iniciativas en el medio rural que permitan la preparación plena de la persona mayor, con la integración a la vida cultural y social en su comunidad.
Los programas que se desarrollan en los centros culturales, en las aulas de mayores, en las asociaciones de voluntariado cultural, tienen tres objetivos a corto y medio plazo:
Finalmente, en la mesa de clausura han participado: Inmaculada Ruíz, presidenta de UDP; Marina Troncoso, presidenta de CAUMAS; Sabina Camacho, presidenta de CEOMA; y Alfredo Pastor, vicepresidente de CEATE.
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