Al finalizar
rompió en tres
una versión de dos.
La lágrima sigue guardada
dentro de un bolsillo.
Aparecí como una alfrombra deshilachada
en el salón de una casa
sin luz, sin recuerdos,
abandonada y sin puertas, sin cortinas.
La única llave que existía
era de gel transparente,
derretida por el agua de un río
que seguía su corriente.
Perfume y diablo acariciando,
solo trago nicotina
por donde entra el aire
de la única ventana
que me separa de la vida.
Veo luz de sol
y solo quiero llorar,
aunque ahora
sea siempre todavía.