¿Eres empático o metódico? ¿Rebelde o líder? ¿Perseverante o soñador? No se trata de establecer un planteamiento maniqueo, que oscile de extremo a extremo, sino de identificar un perfil que te represente, además de permitirte conocer a los demás, para así poder elegir quiénes te hacen bien.
Desde muy pequeña desarrollé una gran capacidad para percibir con qué personas debía relacionarme.
Sin embargo, aquella habilidad fue perdiéndose a medida que crecía, llevándome a pretendidas amistades que no lo eran y a la frustración al comprender que lo que me había figurado acerca de una persona concreta no era, para nada, real.
“Tener criterio para saber elegir bien es la clave de la vida”, dice Álex Rovira, fundador de Escuela de Transformación Vital; “En este sentido, es preciso aprender a distanciarse de quienes no te suman, sino que te restan, pues las relaciones positivas son fundamentales para nuestra vida”.
Para este experto, que ha impartido recientemente varias charlas formativas online sobre los fundamentos del comportamiento humano, “se puede distinguir entre la bondad buena y la mala”; “En el primer caso el hacer el bien te reporta bienestar a ti también, mientras que en el segundo caso lo que ocurre es que te haces daño al ayudar”.
“Para no caer en patrones de bondad “mala”, Rovira sugiere “tener criterio, discernimiento y establecer unos límites, a fin de lograr una vida equilibrada”; “cuanto más aprendes de las personas, mejor vas a elegir y más podrás crecer”.
Un diamante con seis caras
Para conocerse a uno mismo y a los demás, Álex Rovira propone el símil de la figura geométrica del prisma de seis caras, simbolizado en el diamante. Cada una de esas caras representa, a su vez, un perfil de conducta con características propias y un canal de comunicación diferenciado.
Empático, líder, metódico, perseverante, soñador y rebelde son las seis facetas. “Existen seis códigos de comunicación con arreglo a tales lados o caras del prisma”; “cada persona cuenta con dos o tres de esos perfiles más marcados, aunque algunos han decidido trabajar los seis”.
“Si una persona desarrolla los seis, decimos que tiene pura luz”, dice Rovira, que define los siguientes arquetipos de comportamiento humano:
- Empático- sociable. Se identifica con la emoción. Desea cuidar y complacer a los otros. Se muestra suave y armónico ante los demás. Su comportamiento es amable y entregado.
- Líder-promotor. Se identifica con la acción. Su objetivo es mandar y ganar. Su perfil es llamativo y su comportamiento es muy intenso.
- Metódico-perfeccionista. Su identidad es el pensamiento. Desea ordenar, resolver y limpiar. Es elegante y discreto con los demás. Su conducta es muy fiable y ordenada.
- Perseverante-tenaz. Los valores y su búsqueda lo identifican. Desea comprometerse y sacrificarse. Tiene un perfil elegante y sobrio. Su comportamiento es comprometido y ético.
- Soñador-meditativo. La concreción identifica a este perfil, para quien es vital aislarse e imaginar. Se muestra dejado ante los demás y su conducta es solitaria.
- Creativo-rebelde. Se identifica con la complicidad. Desea llamar la atención, pues se muestra divertido, provocador y sorprendente ante los demás, siendo su comportamiento desafiante.
“Estas seis facetas las tenemos todas las personas, cada una de las caras de ese diamante tiene sus dones, sus luces y sombras”, dice Rovira, para quien la metáfora del diamante simboliza “el amor, el compromiso y el vínculo a largo plazo”.
“Cada perfil tiene su singularidad y todos podemos desarrollarlos, de forma que, mediante el conocimiento, podemos gestionar nuestras relaciones”, dice Álex Rovira.
“Se trata de conocer y hablar el lenguaje del otro para conectar, no para manipular, pues las relaciones nutritivas no se basan en dar sin medida y en recibir sin consciencia, sino en el equilibrio”, dice Rovira.
Este experto considera un elemento más, el estrés, de modo que la forma de proceder de cada faceta o perfil se verá desdibujada ante una situación de ansiedad.
Por ejemplo, el empático se bloqueará, sin poder pensar. El metódico se centrará en el híper control, convirtiéndose en perseguidor. La agresión pasiva será el método del rebelde.
El perfil de líder optará por exigir, perseguir y machacar; el perseverante entrará en cruzada y el meditativo se bloqueará, sin hacer.
Si has llegado hasta aquí, te propongo partir de este diamante de luces y sombras como herramienta de autoconocimiento y de exploración de los demás.
De esta manera, podrás elegir a aquellas relaciones que te sumen, las populares “personas vitamina”, en términos de la psiquiatra Marián Rojas Estapé.
¡Feliz Elección de Perfiles Bonitos! ¡Feliz Coaching!