El juego de los opuestos

Desde estas páginas, hoy te propongo una acción de destreza con las palabras; se trata del juego de los opuestos, que se inicia sustituyendo un término que quizá arrastre cierta carga negativa, por otro de significado contrario; ¿Te atreves a encontrar nuevos contrarios para el medio centenar de palabras contenidas en nuestra lista?

¿Qué es lo opuesto al abandono? ¿Y a la impotencia? ¿Cómo puedo equilibrar el resentimiento? ¿Y la falta de apoyo? ¿Qué se sitúa enfrente de la irritación? ¿Y de alguien sorprendido? ¿Cuál es el antónimo de perezoso? Desde el Coaching, te invito a sustituir la energía del primer término por otro que le preste un enfoque más positivo.

 

La caja de las palabras

Imagina una gran caja en la que están contenidas 50 palabras. Se trata de términos que, aunque en esencia neutros, suelen asociarse a experiencias poco gratas. Hablo del desamparo, de la culpa, del terror o de la falta de apoyo.

Piensa ahora en una segunda caja de la que brotan términos como protección, perdón, calma o reconocimiento que son, respectivamente, los constructos de equilibrio que requieren las primeras. Las enumero:

Abandono. Engaño. Desamparo. Pérdida. Desamor. Fracaso. Impotencia. Desesperanza. Descontrol. Autoestima baja. Rabia. Amargura. Culpa. Envidia. Resentimiento. Conflicto. Inseguridad. Terror. Falta de Apoyo. Descreimiento. Mal carácter. Herido. Agraviado. Sumiso. Pobre. Espantado. Desconcertado. Sorprendido. Atónito. Pasmado. Inquieto. Sometido. Fastidiado. Desganado. Perezoso. Irritado. Pesimista. Soñador. Abrumado. Ignorado. Discriminado. Terrible. Evasivo. Derrotado. Sarcástico. Escéptico. Amenazado. Odioso. Desquiciado. Agresivo. Frustrado. Integran la primera caja.

Amparo. Verdad. Protección. Provecho. Afecto. Éxito. Vigor. Ilusión. Disposición. Confianza. Serenidad. Contento. Perdón. Admiración. Simpatía. Armonía. Convicción. Calma. Reconocimiento. Fidelidad. Personalidad. Intacto. Reparación. Orgulloso. Rico. Tranquilo. Arreglo. Intuir. Indiferente. Activo. Equilibrado. Libre. Aplacado. Motivado. Diligente. Paciente. Optimista. Pragmático. Despreocupado. Atendido. Inclusivo. Grato. Contador. Ganador. Cordial. Creyente. Salvaguardar. Adorable. Encajado. Pacífico. Logrado. Integran la segunda caja.

Las reglas del juego

Este juego se practica solo o en compañía. Para ello te propongo seguir las siguientes reglas, a modo de sesión de Coaching. Para ello, te invito a localizar tu Diario Coaching, donde puedes dar respuesta a los interrogantes que te voy planteando:

1. Escoge una de las 50 palabras de la Caja de Palabras Uno.
2. Te propongo una reflexión a propósito de por qué has elegido ese término. ¿Qué es lo que te dice?
3. ¿A qué escena de tu vida, reciente o pasada, te acerca?
4. ¿Se trata de un episodio resuelto? Si es que aún no, ¿qué crees que necesitas para ello?
5. Te propongo ahora que emplees la estrategia de la oposición. ¿Cuál es el extremo positivo del término seleccionado? Puedes inspirarte acudiendo a la Caja de Palabras Dos donde puedes descubrir su antónimo o contrario.
6. Las preguntas básicas de Coaching: ¿Cuál es tu objetivo? ¿Qué te impide lograrlo? ¿Cómo lo vas a conseguir? ¿Cuándo?
7. ¿Qué otras palabras escogerías ahora, al iniciar tu proceso de resolución por oposición? ¿Cómo te hace sentir? ¿Qué visión tienes en estos momentos del hecho o hechos al que asocias el término?

Escoge tantas palabras como quieras y búscales su opuesto, cargándolas de energía de luz. Este método de resolución por oposición puede serte útil en momentos en los que entras en bucle emocional, ya que el término positivo puede ser la llave que te haga verbalizar cuál es la emoción presente en ti en dicho momento.

Y ya que has llegado hasta aquí, comparto contigo mis primeros términos seleccionados:

• Abandono, al que contrapongo Fortaleza.
• Conflicto, al que contrapongo Fluir.
• Agresivo, al que contrapongo Lenguaje Positivo.

El abandono lo identifiqué, ya de adulta, al recordar algunas escenas de mi pasado. Me ayudó la siguiente reflexión: “Gracias a todo lo que he vivido hasta ahora soy la mujer que soy ahora, en este momento, de lo que me siento muy orgullosa”.

El conflicto cada vez está menos presente en mi vida. Dicho término lo he sustituido por la comprensión y la compasión empática.

El término agresivo se refiere a una observación reciente de una persona cercana, a propósito de que mi expresión era algo agresiva, aversiva. Desde entonces presto especial atención a las palabras que empleo, esmerándome en el uso del lenguaje positivo. Se trata de un entrenamiento que requiere atención. Merece la pena, pues me hace sentir bienestar, también a la otra persona.

¡Feliz Juego de los Opuestos! ¡Feliz Coaching!