Acaban de nacer.
Unas manos que añoraban
el tacto del barro.
Sentado en su silla,
el humo del incienso en el taller.
Los tonos ocres de la arcilla,
tarros de tinta de colores
espesa como la miel.
El arco iris de la vida
cruzando curvo ese horizonte
casi en forma de corazón hasta el tuyo.
Entre la música
que atraviesa el velo
hacia el rincón donde soñamos
dando forma a la imaginación,
al sueño que soñamos junto a ti,
contigo, de corazón.
La vida es un momento perfecto,
el tiempo en el que el alma
puede salir a descubrir.
La vida es un jarrón en el desierto
repleto de agua.
La vida es el perfume
que te acompaña hasta el fin.
Miguel ha transformado
con sus manos lo invisible.
Lo visible de ti es el resultado.
A navegar,
que me ha dicho que le falta cruzar el mar,
sintiendo el aire en la garganta.
Pedro en su reflejo en el jardín.
Espera a ver la flor aparecer
con la misma forma que refleja
su alma doble en el espejo.
Un sueño para dos
son dos en mismo sueño.
El arte hoy
es el arte del mañana.
A Miguel.