Dentro de tu cuarto

 

Aviso a toda mi decadencia
que si no sé decir,
es porque nunca lo dije,
y quise guardar con inocencia
la parte más amarga de mi soledad.

¿Qué si el sentir fue terrible?
Sí, pero ya no puedo
echar marcha atrás.

Puedo volverme loco.
Lo hice mil veces.
Y todas y cada una de mis penas
se volvieron blancas en mi pelo,
haciéndome más viejo de lo que soy.

Espero una llamada de mi madre.
Hoy quedó con mi amiga.
Me siento muy solo
y no quiero acabar sin ella,
ni lejos,
y menos solo,
y nunca sin ella.

Me guardaré todos los miedos para el final
y besaré la voz de la sombra,
quiera o no quiera
y que me deje pasar.

Lágrimas de viento quedarán
después de marchar.

Las cenizas son
esa firma que acaba con el cuento
del que no te cuentan el final.

Nubes de agua.
Una por desierto.
Vestidos de seda
y amarrada con un beso
a la voz que habla
pidiendo permiso
después de llamar al portal.

Agarrado a ti
puedo sentir el perfume
que te envuelve,
con su nombre de cristal.
Bebo de la tierra sin querer,
aunque me quiera enterrar.

 

 

 

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

 

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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