Pupila

pupila

 

El atardecer se hizo cobarde
y desapareció,
sin dejar ni el tímido
aletear de consonante
tatuado en las arenas de ese mar.

Las láminas en pared
oscurecidas por el lento paso del tiempo
que ya ni me deja pensar,
ni ver.

Trago de un trago los versos,
para volverlos a tragar.
El blanco se alimenta
de la tinta de su piel,
y la mía.
Tan solo vigila
por si en ella
se te ocurre aparecer.

Ahorcado por la ausencia.
Juzgado por la espesa vanidad.
humo de los ojos hacia la boca
intentando respirar. 

La voz,
chocó lenta entre la roca
que solo quería 
amar

 

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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