Cómo afrontar esta Navidad diferente

¿Cómo afrontas la Navidad? ¿Qué emociones sientes? ¿Cuál es la reflexión a la que te lleva, tras un año complicado? ¿Deseas estar sereno? ¿Prefieres sentir paz? ¿O quizá lo que necesitas es equilibrio? A lo mejor decides usar tus herramientas de comprensión y de compasión, llenando tu hogar con la presencia de tus seres queridos, aunque sea virtualmente.

“Tengamos la fiesta en paz”, es una de las frases que posiblemente hemos escuchado en alguna de esas grandes reuniones familiares, en las que el mix de parientes y postizos creaba y/o recreaba alguna que otra tensión latente. Sin embargo, quizá más de uno firmaría ahora mismo para volver a esa experiencia durante la Navidad 2020. ¿Qué hay detrás de ese cambio de opinión?

Desde el Coaching se explica a través del aprendizaje experimentado durante el 2020. Es posible que aún no nos hayamos dado cuenta de los cambios experimentados en nuestra forma de sentir y de hacer. Si te apetece conocerlo, te propongo que te apuntes a los siete pasos de la Navidad:

  • Primer paso: Confrontación de emociones. Tristeza, ira y miedo; ¿Te suenan? Es posible que hayas estado triste por los acontecimientos que han ido desencadenándose durante los últimos meses. Tu respuesta ha podido ser, también, en forma de ira, de enfado. La terna se completa con el miedo, otra de las emociones poderosas que has podido experimentar.

La causa para sentirte como te sientes es casi lo de menos, pues tan sólo explica, no justifica, tu estado emocional.

Así que desde el Coaching te propongo que asumas la responsabilidad de tus sentires, que te hagas cargo del efecto que tienen en ti.

  • ¿Sabes lo que sientes?
  • ¿Puedes expresarlo en una palabra?
  • ¿Eres consciente de cómo te sientes?
  • ¿Deseas asumirlo?

Te propongo que entrenes la confrontación de esas emociones. Para ello, puedes utilizar la técnica de las sillas enfrentadas. Personaliza tu emoción e invítala a sentarse frente a ti.

Luego puedes preguntarle:

  • ¿Quién eres?
  • ¿De dónde vienes?
  • ¿Para qué estás aquí?
  • ¿Qué quieres de mí?
  • ¿Qué puedo hacer por ti?
  • ¿Qué quieres que te dé?
  • ¿Cómo me vas a ayudar?

  • Segundo paso: ¿Qué he aprendido? Ha sido un año duro. Ha sido y sigue siendo difícil llevar una vida como antes. No obstante, éste puede ser un buen momento para plantearte si deseas seguir de la misma forma o, ya que estás, hacer caso a otras motivaciones.

Te invito a que mires en tu interior, encontrando tus “para qué”: ¿Para qué esta pandemia?, ¿Para qué he tenido que teletrabajar?, ¿Para qué he tenido que prescindir de verme con mis amigos?

Te propongo que escribas tus respuestas en tu Diario Coaching (vale igualmente un folio, cuaderno y hasta una servilleta, si estás haciendo esta reflexión tomándote un café) y que encuentres lo que hay detrás.

  • Tercer paso: ¿Cómo puedo aplicarlo a mi día a día? Tus respuestas pueden ser traducidas a aprendizajes. Te propongo que los definas, para que puedas tenerlos en cuenta al abordar tus retos.
  • Cuarto paso: ¿Cuáles son las emociones que deseo potenciar? Si ya conoces qué emociones sientes, las has confrontado y has evaluado qué es lo que has aprendido, te invito ahora a que escojas los sentimientos que deseas tener.

Te propongo que para ello elabores una lista con los que son tus valores principales; por ejemplo, alegría, humor, libertad, soledad, armonía, perdón, compasión, generosidad, comprensión, integridad, altruismo, confianza, voluntad, fortaleza, aceptación y gratitud. ¿Con cuáles te quedas? Te invito a que observes los valores que te resuenan.

  • Quinto paso: ¿Deseo celebrarlo? Echando mano de la honestidad y sinceridad contigo misma, te propongo que te preguntes si deseas celebrar estas fiestas. Porque hay personas que carecen de interés por las Navidades y/o por celebrarlas, lo cual es tan legítimo como el caso de quienes disfrutan y viven intensamente estos días.
  • Sexto paso: ¿Qué es lo que me lo impide? Si es que sí, si deseas celebrarlo, aunque sientes cierta resistencia, te invito a descubrir qué es lo que te lo impide. En este punto, la técnica de los círculos concéntricos puede ayudarnos. Consiste en imaginar varios círculos concéntricos, tantos como grupos de relaciones identifiques en tu vida. El circulito que está en el centro, el de menor diámetro, te representa. Es tu lugar propio, sagrado, donde sólo estás tú y no permites que nadie entre.

Los siguientes círculos representan a las personas con las que mantienes relaciones que serán tanto más próximos al centro cuanto más estrecho sea tu vínculo emocional con ellas.

Por ejemplo, en el siguiente círculo puedes colocar a tu pareja, o a tus mejores amigos, o también a tu madre, o quizá a tu abuelo. La clave de esta herramienta consiste en que tu círculo te protege en tu intimidad, en tu individualidad, por lo que nadie puede entrar en él. Del mismo modo, tú tampoco podrás intervenir en la intimidad del círculo siguiente.

Si ya has identificado cuáles son los elementos que definen tu soledad, tu individualidad, te propongo que reflexiones sobre qué te impide celebrar la Navidad como deseas.

  • Séptimo paso: ¿Cómo voy a organizar mi Navidad? A esta última pregunta te invito a que respondas tú mismo. Sólo te propongo una pista: mindfulness o atención plena para vivir el aquí y ahora.

 

¡Feliz Momento Presente! ¡Feliz Coaching!

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