Cada año se diagnostican, en España, unos 2.000 casos nuevos de esclerosis múltiple, según las cifras aportadas por la Sociedad Española de Neurología, SEN.
Más de 5.000 personas conviven con la esclerosis múltiple en nuestro país, según los datos de la SEN. Una enfermedad neurológica, de origen autoinmune, que afecta al sistema nervioso central, caracterizándose por la destrucción de la mielina, una sustancia esencial que recubre y protege las fibras nerviosas, permitiendo una transmisión eficiente de los impulsos eléctricos.
Esta enfermedad muestra una gran diversidad de síntomas, ya que los brotes surgen por lesiones desmielinizantes en distintas áreas del sistema nervioso. Síntomas que van desde debilidad, fatiga y problemas de visión hasta trastornos de coordinación, equilibrio y dolor muscular. Estos síntomas pueden evolucionar, afectando a prácticamente todos los pacientes con problemas de visión, motores y sensibles a lo largo del tiempo. Además, el 50 % experimenta alteraciones cognitivas y problemas de control.
Se trata, además, de una enfermedad cuyo impacto no se limita al ámbito clínico. La esclerosis múltiple tiene un gran impacto a nivel económico y social en los pacientes. El 73 % de los pacientes reconoce que ve afectada su vida laboral o académica, y el 25 % se ve obligado a dejar de trabajar. Además, el 21 % de ellos reduce su jornada laboral, y más del 15 % renuncia a promocionar en el trabajo. Además de los pacientes, familiares y cuidadores también sufren una carga significativa, asumiendo roles de apoyo que generan estrés emocional y financiero.
Según el informe de la SEN, los costes directos e indirectos pueden superar los 50.000 € por paciente al año. Este coste incluye tratamientos, hospitalizaciones, dispositivos de asistencia y pérdidas en productividad laboral.
Esperanza en la investigación
Gracias a los avances en diagnóstico y tratamientos, el tiempo para identificar la enfermedad ha disminuido y la escala promedio de discapacidad ha mejorado. Sin embargo, la esclerosis múltiple sigue representando un desafío médico y socioeconómico importante, con necesidades no cubiertas en el manejo integral de los pacientes y en el apoyo a su entorno.
Este panorama evidencia la importancia de continuar impulsando la investigación, mejorar el acceso a tratamientos innovadores y desarrollar estrategias de apoyo psicosocial para pacientes y cuidadores.