Desde hace un tiempo siento que en mi vida las cosas no fluyen. No se trata de que eche en falta algo o a alguien, sino más bien de que espiritualmente me parece andar a trompicones.
Es una crisis existencial (dicho así, suena pelín fuerte), por lo que he buscado acompañamiento profesional (sí, las coaches también necesitamos apoyo en nuestros procesos).
En una primera sesión, Yolanda Martínez me ha ayudado a descubrir que en mí había un desequilibrio hacia mi energía masculina, lo que dejaba a mi parte femenina en desventaja, por así decirlo.
“¿Sabías que existe una relación muy estrecha entre el estado de armonía interior y el principio de polaridad energética?”, dice Laura Serghiescu; “al desarrollar tu consciencia energética y ampliar tu capacidad de percepción y canalización de las llamadas energías sutiles (mental, emocional, vital, espiritual), paso a paso vas logrando la comprensión del principio de polaridad que rige la creación entera y tu experiencia humana”.
Dice Serghiescu que el principio masculino “representa la polaridad energética que te ayuda a definirte como un ser individual”; “Está muy centrado en el yo y en su voluntad”.
Dos de las características de nuestro lado masculino son la claridad y el foco; ambas están asociadas con la mente y “son imprescindibles si anhelas vivir tu vida con una sensación de propósito y plenitud”, dice Laura Serghiescu; “sin embargo, en mi trabajo con personas, lo que he observado a lo largo de los años es que muy poca gente tiene esa claridad inquebrantable acerca de lo que desea hacer con su vida”.
Entre las razones que explican esta falta de claridad y de focalización, esta experta distingue las siguientes:
“Cuando hablo de claridad interior no me refiero al hecho de que deberías tener planeada tu vida entera para los próximos cinco años, o conocer los detalles de cómo y cuándo harás cada cosa, con todos los cabos atados”, dice Laura Serguiescu; “pues ésta es precisamente la distorsión extrema de la energía masculina, la cual planea, se organiza y logra crear estructuras sólidas”.
“Tal vez vives predominantemente en energía masculina y eso te causa desequilibrios o, por el contrario, te cuesta trabajo conectarte con tu poder sagrado masculino y expresar todas sus cualidades, tales como la fuerza, la confianza, la valentía, el merecimiento, la claridad, el poder interior o la responsabilidad”, dice esta experta.
Otra posibilidad, seas hombre o mujer, es que haya áreas de tu vida en las que conectas fácilmente con tu poder masculino y lo asumes, aunque en otras puedes sentirte inseguro y vulnerable, llegando incluso a activar el modo «soy víctima de las circunstancias».
“Cualquiera que sea tu caso, recuerda que siempre puedes jugar con los dos extremos de las polaridades para obtener más equilibrio en tu vida”, dice Serguiescu; “de hecho, es un trabajo arquetípico y energético sencillo, a la vez que transformador”.
“Hoy en día podemos observar que en el inconsciente colectivo aún predomina una caricatura del principio sagrado masculino”, dice Laura Serguiescu; “Está llena de distorsiones que crean mucho sufrimiento alrededor”.
Muestra de ello es la lucha por el poder, el uso inadecuado de éste, la fuerza y la manipulación que se ejerce para controlar a los demás, la violencia y la agresividad hacia la tierra y todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, la competición en detrimento de la colaboración, el exceso de mente y la falta de compasión y, en definitiva, un ritmo rápido de vida que ocasiona ansiedad, estrés y preocupación.
“Si miramos alrededor, todas estas cuestiones son evidentes”, dice Serguiescu; “aunque el objetivo de mirar no es la desmotivación, ni tampoco generar enfado con el mundo”. “El propósito de esta mirada es tomar consciencia y empezar a contribuir al cambio colectivo, a través de nuestro propio trabajo individual”.
“El principio de polaridad gobierna tu mente, tus emociones y la materia o cuerpo físico”, dice Serguiescu; “es por ello que cuando existen desequilibrios energéticos, experimentas inestabilidad en todos estos planos”.
Esta experta propone que reflexiones en torno a algunas preguntas, para saber en qué punto te encuentras:
Esta ley de Polaridad establece que la energía masculina fluye desde el yo hacia afuera (emisiva), mientras que la energía femenina fluye desde afuera hacia el yo (receptiva).
Laura Serghiescu asegura que expresar esta polaridad de forma equilibrada y sana te ayuda a lo siguiente:
Y te recuerda que, desde el punto de vista de la práctica del Yoga, “si tienes exceso de energía masculina, puedes optar por prácticas más estáticas, meditativas, que te ayuden a cultivar la receptividad, la capacidad de habitar el cuerpo con consciencia, la conexión profunda con tus emociones, así como reducir la tendencia de estar en la mente o en movimiento todo el tiempo, pensando en exceso o haciendo cosas sin parar”.
Si lo que te cuesta, en cambio, es conectarte con el principio masculino, “puedes elegir una práctica más dinámica, enfocada en el movimiento consciente, para que te ayude a conectar con la potencia y la fuerza de tu cuerpo físico, activando la energía de fuego en tu Ser”.
Si has llegado hasta aquí, es posible que intuyas que lo que me corresponde es trabajar el equilibrio entre mis energías masculina y femenina. A ello me aplico con ilusión. Seguiré contándote mi evolución.
¡Feliz Equilibrio Sagrado! ¡Feliz Coaching!
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