Duermes,
al otro lado de la puerta.
Se cierran mis ojos y
la mente me despierta
agarrándose de tu mano,
mano abierta.
Dando un paso al presente
pinto el lienzo con tu cuerpo,
desnudo,
justo enfrente.
Duermes,
al otro lado de la puerta
y es tu sueño quien me avisa
que me sientes,
que la luz de tu vela
está encendida y ha dibujado
un corazón en la pared,
donde los ángeles nos miran durmiendo.