Palacio de Cristal II

palacio de cristal II

 

Una palabra entre los labios,
un beso entre aire y caliente,
dos gotas en lágrima
al sentir la vida
sentado en un banco del parque.

Los árboles de mármol
bailando sus hojas y sus ramas
alrededor de ti.
Minúsculas las olas del agua del estanque,
alas color tiza de las aves
que secuestran tu equipaje
y las pipas que el camarero,
al pedirle un vino,
quiso regalarme.

La luz de la mañana
se mezcla con la sonrisa de un payaso,
con lo vacío del vaso de un hombre
que toca el acordeón,
con lo profundo a corazón
que deja ese río a su paso.
Pido una barca
y me olvido de los remos.

El espejo del agua
vuelve al agua cielo,
la entrada en tu lugar
me hizo saber
que algún día volveremos.

Cerca de la luna,
contados los pasos
desde el jardín botánico,
respiro una soledad que no está muerta.
Es la ansiedad
la que no me deja respirar
al buscar entre sus pasillos verdes
esas sombras de ramas
que parece que me quieren cantar.

Ya me voy dando cuenta
de que, lo que más deseas,
te vuelve con mareas
y casi nunca se encuentra.
Cerquita de una voz
que viene de lejos
puedo imaginar,
sentado en uno de tus bancos de cemento.

La silueta de una mujer
que se acerca a mí,
que me toca el hombro
y que se sienta para besarme.
Son esas caricias
que despiertan con el brote de una lágrima.

losangelesnosmirandurmiendo.blogspot.com.es

 

  • Artista polifacético dedicado a la poesía desde que era niño y a la pintura. Él mismo recuerda “aquel diario con llave de tapa roja que escribía y guardaba cada noche en una caja de vinos, a la edad de 6 años. Me enamoré sin querer de aquel papel en blanco y más cuando lo llenaba con mis pensamientos. Ver aparecer las palabras con la tinta de un bolígrafo: era emocionante. Luego, como en todas las vidas, empezaron a pasarme cosas. La tristeza y la alegría empezaron a salir de mí a cada momento como guiadas por un río invisible, y no podía parar. Y del poco a poco, al hoy”.

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