Prepararse para la jubilación, entenderla como una oportunidad, facilita la adaptación a esta nueva etapa en la vida.
Así lo confirma el estudio Longevidad, cambios biográficos y binestar: la transición a la jubilación, elaborado por la Cátedra ABANCA-Afundación e ICADE. Un análisis que se centra en la actitud previa al término de la etapa laboral como factor clave en el nivel de adaptación a la jubilación. El 100 % de los participantes en este estudio han reconocido que veían la jubilación «como una fase de liberación». Un 50 % de ellos la percibían como una «oportunidad para el crecimiento personal y de desarrollo de nuevos proyectos». Y un 22 % reconocía que, a priori, la jubilación les generaba rechazo sobre todo por lo que supone de «duelo del rol laboral perdido». Estos últimos son los que han tenido más dificultad de adaptación a la nueva eta.
A la hora de conseguir una adaptación positiva, la capacidad de decisión sobre el momento de la jubilación y la preparación anticipada son también cruciales. Una jubilación sobrevenida y forzada por circunstancias ajenas, como coyunturas laborales, problemas de salud o demandas de cuidado, se vive con rechazo. Por otra parte, aquellos que planifican actividades, ya sea en continuidad con ocupaciones previas o explorando nuevas, enfrentan esta transición con mayor satisfacción y propósito, evidenciando la importancia de la preparación para mitigar los desafíos asociados con esta etapa.
Bases del bienestar en la jubilación
A la hora de identificar qué factores determinar el bienestar durante la jubilación, los participantes en el estudio coinciden en señalar a la familia en primer término. También es clave mantener una red social sólida de amigos y vecinos para prevenir las situaciones de aislamiento y de soledad.
Igualmente importante es tener la capacidad de adaptarse a las nuevas circunstancias, de involucrarse en actividades recreativas o sociales y «redefinir el propósito vital».
En el otro lado de la balanza están las preocupaciones. Según este análisis éstas son la pérdida de la autonomía física y mental, la seguridad económica, la pérdida de los seres queridos y la soledad.