Tu nombre Felipe.
Tu voz
junto al sentimiento que le pones
es un movimiento
difícil de olvidar.
Las palabras
siguen acompañando al alma
cuando un cuerpo ha saltado la distancia
entre la vida
y el segundo que le deja elegir.
Solo puedes sonreír
dejando en el pasillo tu fragancia.
Tu tiempo ha sido trabajo y calma,
y amistad,
la que te llevas
y la que tú has dejado.
No hay futuro ni pasado.
Tu presente es caminar
y llegar al lugar
donde esa brisa
que siempre has regalado
se funda con la misma brisa
de ese mar.
Tu mar.
Tu nueva andadura será una aventura,
como las que ya has cruzado antes
cuando empezaste a navegar.