¿Es importante para ti la serenidad?

serenidad

Casi todos conocemos alguna persona que parece resolver todas las situaciones de una manera eficaz. Es gente sabia, aunque su sabiduría no proceda de numerosas titulaciones, sino de su propio equilibrio psicológico, físico, espiritual y emocional. Son personas que han integrado un valor fundamental: la serenidad. Descubrimos la importancia de la serenidad.

 

Como coach suelo afirmar que aprendo mucho y muy bien de todos mis mentores, que son casi todas las personas con las que mantengo una relación fluida. Es gente de a pie que expresa de forma sencilla lo que le ocurre. Son personas que confrontan las situaciones y son capaces de salir adelante. Que aprenden cuando enseñan y lo comparten y esto último lo hacen de manera sobresaliente.

En una antigua entrevista realizada al escritor Antonio Gala, ya desaparecido, éste definía su concepto de felicidad: “hace tiempo que no la busco; me pasa como con el amor que, si tiene que venir, vendrá”; “si bien es cierto que la felicidad no es imprescindible; pues para mí lo imprescindible es la serenidad”. “He comprendido”, decía el novelista y dramaturgo, premio Planeta, “que la serenidad es sentirse como una pequeña tesela de un gran mosaico; una tesela prescindible, mínima, confusa, aunque en su sitio, formando parte de algo mucho más grande que no sabemos muy bien qué es”.

Sosegado, tranquilo, firme, imperturbable, relajado, quieto o apacible son términos asociados a la serenidad, valor en alza por su vinculación con otro de los más buscados: la felicidad.

Aquélla se define como un estado físico y mental que permite una actitud equilibrada y autoprotectora ante cualquier situación que nos ocurra.

“La paz en la adversidad y la calma en la dificultad”, dice Alfred Sonnenfeld, doctor en Medicina y Teología, en relación a la serenidad; “quien logra serenarse en lo pequeño, adquiere fortaleza para serenarse ante una gran adversidad”.

 

tranquilidad

Cómo estar serenos

Estamos serenos cuando, ante una dificultad, sea la que sea, somos capaces de mantener la calma; sin embargo, ¿cómo se hace para estar tranquilo cuando surgen contratiempos, problemas e imprevistos que nos llevan a decidir e incluso nos sobrepasan, generándonos ansiedad?

Desde el Coaching y de la mano de Sonnenfeld, te propongo entrenar la serenidad:

  • Aceptación. La serenidad se asocia a un estado de equilibrio físico, mental, emocional y espiritual ante un evento o situación desfavorable. Desde la calma, aquello que te ocurre puedes gestionarlo y aceptarlo.
  • Define qué es lo importante para ti y qué acciones estás dispuesto a llevar a cabo para lograrlo.
  • Gran parte del nivel de estrés que sufrimos se debe a un conocimiento insuficiente sobre cómo desempeñar esa actividad, ese trabajo o ese reto que nos hemos marcado.
  • En positivo. “La forma de hablarte hará que, cuando caigas, lo hagas en un bache o en una tumba”, dice Javier Millán, de Escuela de Inspiración. “Hay que identificar qué nos dice esa vocecita interior, que está relacionada con el entorno que vivimos y con las creencias heredadas, cambiándolas, llegado el caso, por otras positivas”.
  • “Significa ser conscientes de las maravillas de la vida y sentirse plenamente conectados con el universo y con nosotros mismos”, dice Sonnenfeld.
  • Liberación. La serenidad es un estado en el que “nos liberamos de nuestras principales preocupaciones, del miedo, del estrés y del sufrimiento”.
  • Se aprende a estar sereno mediante el entrenamiento. Para Sonnenfeld autor de, entre otros, “El arte de la felicidad” y “Serenidad, la sabiduría de gobernarse”, “vivir con serenidad es algo que se aprende; la persona feliz, con una vida afectiva equilibrada, mantendrá más establemente una actitud serena”.

 

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Elevar la frecuencia

“La manera de superar el miedo es el amor”, dice Javier Millán, cofundador de Escuela de Inspiración; “no puedes sentir ambas emociones a la vez, por lo que, si puedes entrenarte para sentir amor, el miedo pasará a un segundo plano”.

Para este experto en Desarrollo del Talento y la Productividad en los equipos, la forma más elevada de la emoción de amor es el incondicional, “el que no espera nada”.

Según Millán, “se puede hacer el ejercicio de amar a la persona que, por ejemplo, se nos cuela en la rotonda, pensando que es alguien a quien quieres”; “a mí este truco me sirve para darme cuenta de que modifico la forma de pensar de ese conductor, de esa persona”.

El CEO de Escuela de Inspiración propone “vivir en esa frecuencia, como si fuéramos un árbol que da sombra a todo el mundo y no sólo a quien le cae bien”; “cuanto más vibres en esta frecuencia, en esa energía de amor y agradecimiento, mayor será tu felicidad”.

 

 

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