En cuevas oscuras con aceras desgastadas de aguas en piedras duras y silenciosas pisadas, me di baños de recuerdo quedándome dormido, olvidando respirar.
Sigo el aleteo de las hadas. Agua cubriendo mi rostro que se deja.
Dos velas en los pies y dos encima de los hombros. Y un cristal separándome de la vida que no pude olvidar.