Hay palabras en el aire
flotando a tu alrededor
y siempre junto a mí.
Pero aún no están juntas
y quiero hacértelas llegar
para que sí lo estén,
y te acuerdes de mí
en este día tan especial.
Es…
como la luz de tu primavera,
la misma que te vio nacer.
Transformados los peldaños que me guiaron
y siempre hacia tu alcoba así,
cada uno de mis días contigo
para ascender y juntas hacia él,
mi querida Jacoba.
Hay un gran bosque de flores
que huelen a ti,
que me hacen recordarte
cuando no estás cerca.
Juntas de la mano.
¿Te acuerdas?
Hoy te la doy yo a ti
y bailaremos en la distancia.
Madre, sé que recorrí los mares
escuchando el ruido de tus olas.
Y sé que todo lo que soy
se lo debo a tus aguas
transparentes, cristalinas
y tan llenas de verdad,
la que tú siempre
quisiste hacerme entender.
Ahora lo sé y soplaré
con ese viento limpio extremeño
las velas de tu tarta,
y pediré también deseo:
tenerte en todas las vidas
que me queden por nacer,
siempre que tus ojos
con el beso de las buenas noches,
me digan: “Te veo”.