El retraso en la llegada del frío, nos da la posibilidad de preparar nuestro organismo para aguantar lo mejor posible ante estos días, y se puede lograr de una forma mucho más sencilla de lo que nos pensamos. Arranca la temporada de cítricos, especialmente de naranjas, mandarinas y clementinas. Unas frutas que nos aportará todas las vitaminas y beneficios nutricionales que nuestro cuerpo necesita.
Con estas mejoras unidas a la práctica habitual y continuada de ejercicio estaremos
creando una salud y participando en el #longlifechallenge. Un reto que busca mejorar el
estilo de vida de los ciudadanos europeos gracias al consumo de 5 piezas de frutas y
verduras al día. Tanto las naranjas como las clementinas y mandarinas tienen muchos
atributos comunes, sin embargo, tienen una serie de diferencias que las hacen ideales para
distintas necesidades.
Mandarinas y clementinas
Destacan por su tamaño y facilidad de pelado. Perfecto para transportar contigo todo el día y tomarlo en un descanso. Además, son muy saludables. Al igual que las naranjas, las mandarinas contienen diferentes minerales y vitaminas de forma equilibrada, así como un alto contenido en vitamina C, lo que les proporciona una gran capacidad antioxidante. A su vez, las mandarinas están compuestas principalmente por agua, razón por la que resultan tan refrescantes e hidratantes para nuestro organismo.
Por último, las mandarinas cuentan también con contenido en fibra.
Naranjas
Muestran una enorme versatilidad de consumo, tanto en fresco como en zumos (siempre
refiriéndonos a los zumos de fruta fresca recién exprimidos). Las naranjas presentan diferentes minerales y vitaminas de forma equilibrada, sin embargo, el power absoluto e indiscutible de las naranjas es su alto contenido en vitamina C. Este alto contenido en vitamina C hace de las naranjas un producto naturalmente antioxidante, ya que esta vitamina contribuye a la protección de las células contra el daño oxidativo.
Al mismo tiempo, la vitamina C también contribuye al funcionamiento normal del sistema
nervioso, a la vez que ayuda a reducir el cansancio y la fatiga. Además, las naranjas son también una fuente de folatos, que entre otras muchas propiedades beneficiosas, contribuyen al correcto funcionamiento del sistema inmunitario.
