En la actualidad, asistimos a un creciente interés en torno a las cuestiones de carácter ético en la relación asistencial que se genera entre las personas mayores y los profesionales que las atienden.
La bioética asistencial aplicada a los adultos mayores trata de proteger sus derechos, velar por la dignidad y autonomía de la persona y mejorar la calidad asistencial y la atención integral fomentando la excelencia en el trato por parte de los profesionales.
Uno de los temas claves a la hora de abordar temas éticos es la importancia de la comunicación, competencia básica en las profesiones sociosanitarias. Desde el punto de vista ético, es imprescindible incorporar a la persona mayor en la toma de decisiones en lo que respecta a cuestiones de índole sociosanitario, incluyéndola así en la elaboración de su plan de cuidados, siempre que su nivel de competencia lo permita.
Para ello debemos ofrecer datos de forma organizada y comprensible, la información tiene que ser deseada, veraz, apropiada, adaptada, dosificada y personalizada teniendo siempre en cuenta los valores de la persona mayor que puede ser vulnerable pero también adulta y autónoma. Esta es la única vía posible para que se establezca y fortalezca una relación de confianza y respeto entre el profesional, la persona mayor y sus allegados.
El pacto de silencio de la familia y/o los profesionales, la infantilización paternalista del trato, la autonomía y competencia, las instrucciones previas o voluntades anticipadas, la intimidad, no plantearse técnicas diagnosticas o terapéuticas por cuestión de edad o por el contrario proceder a la implantación de sondas, vías… sin el consentimiento y opinión de la persona mayor llegando así a la obstinación terapéutica son cuestiones que se abordan desde la bioética asistencial.
Es recomendable implicar a la familia, allegados y profesionales en el plan de cuidados, pero sin olvidar que nuestro eje central de comunicación es la persona mayor usuaria del servicio y que esta tiene derecho a saber y participar acorde a sus preferencias y valores, nuestro deber como profesionales es facilitar y orientar hacia esta dirección.
Libertad Álvarez, presidenta del Comité de Bioética Asistencial de Amavir.